Ya se han perdido las tradiciones familiares de recogimiento y respeto a la Navidad y la gente ahora sale como loca a tomar alcohol, a hacer desórdenes y a amanecer en la calle sin importarle la tranquilidad de los demás.
— Cristina Filpo
residente en San Carlos, donde el
31 de diciembre se cierra una calle
para celebrar el «Rally del borracho».
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