Pies descalzosEn la imagen: Pies descalzos. ©indichil, 2008.

Ayer de camino a una visita médica domiciliaria me encontré con una niña, ojos profundos y enrojecidos, nariz húmeda y cara triste, la tipica faz del niño con fiebre. El instinto médico me llevó a realizárle un rápido examen físico, aun estando en medio de la calle. Le interrogué que sobre la razón por la que su madre no la llevaba al consultorio donde laboro, el cual ofrece atención médica gratuita. Su respuesta me aguó el corazón: «mi Mami no me lleva por qué no tengo zapatos».

Pamela, quien tiene 9 años, es una de los tantos infantes de nuestro país que van por la vida con los pies descalzos, limitados para andar más allá de las calles. Huérfanos de escuela, privados de atención médica y con las plantas tempranamente marcadas por las piedras del camino.

No soy partidaria de darle recursos a los pobres, pues entiendo que no los sacará de su pobreza. No sé trata de darles pescado, sino de enseñarlos a pescar. Sin embargo, en este caso, no puedo ignorar que cada día que Pamela camina sin zapatos no se puede desandar. Yo le llevaré unos zapatos a Pamela, quizás no sea una solución de por vida, pero mañana podrá ir a la escuela y jugar al trucamelo con los otros niños.

Luego de conocer a Pamela no puedo dejar de pensar en cuantos niños más, no pueden ir descalzos a la escuela y sus mentes no vuelan, se quedan como chichiguas amarradas a los postes de luz de los barrios de mi país.

6 comentarios

  1. lo sucedido desmuestra el poco instere de la parte politica de nuestro desarrollo social mientra de nuestros bolsillos se le dan a los partidos 500 millones para francachela que ni siquiera son superbisados.
    HASTA CUANDO AGUANTAREMOS DOMINICANOS.

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