Situaciones indeseables

Lo que voy a relatar aquí tiene el potencial de caer mal, pero es una situación que tiende a darse cuando distintas clases sociales convergen en un mismo lugar, como, por ejemplo, una oficina de trabajo. Todos sabemos de las carencias que agobian al pueblo dominicano: falta de luz, pobre sistema educativo, salarios insuficientes, servicios muy caros, falta de agua, y un largo etcétera. Muchas de estas carencias pueden ser cubiertas con soluciones alternativas: tinacos en el caso del agua, una planta en el caso de la luz, colegios y universidades privadas o en el extranjero, y así por el estilo. El único problema es que estar cómodo en este país requiere de mucho dinero al mes, y es obvio que no todos pueden darse ese lujo.

Una realidad como esta que estoy señalando ha llegado a convertirse en una especie de referente de nivel social, pues mientras más pudiente una persona, más cómoda puede estar, y esto, a veces, puede traer problemas a nivel de relaciones interpersonales. Varias veces he observado como un grupo juzga erróneamente a una persona sólo porque goza de ciertos privilegios.

«Fulanita tiene la vida resuelta», «Fulano nunca ha pasado trabajo», «yo no sé para qué Mengano trabaja, pues no tiene necesidad», «Zutana nació en cuna de oro». Expresiones como estas irritan a su receptor, quien se siente en obligación de aclarar los puntos que considere erróneos, solo para ser blanco de más críticas y burlas. ¿Es necesario hacer tantas comparaciones? Si realmente Fulanita ha tenido una vida privilegiada, ¿es ella la culpable de las desgracias de los demás?

Rocío Díaz es Licenciada en Administración de Empresas, además de ser una apasionada por la tecnología. Colabora en el periódico El Nacional y aparte de sus artículos para Duarte101, también contribuye en blogs como Acción Comunitaria y Blog Tecnológico Dominicano. → Blog, Twitter.