¿Quieres una bola?

Esperando una guagua para ir la universidad hace ya un tiempo, un joven se detuvo en una Daihatsu Hijet azul y me dijo que me montara, con exigencia me pedía que abordara la guagua porque quería darme una bola. Lo miré y realmente quise desde adentro montarme —es difícil rechazar una bola— pero como está la situación en estos días, atracos, robos, asesinatos me pasó todo eso por la cabeza y le rechacé. Por alguna razón seguía insistiendo de manera persistente, le dije que no y se fue después de mucho rato. No niego que sentí un poco de temor al ver como él insistía para que entrara al vehículo, o puede ser que vi la situación más alarmante de la cuenta … ¡Quien sabe! Nunca he vuelto a ver a ese joven.