Esta es una de las razones por las cuales el sistema educativo dominicano quedó en la posición #121 en un ranking de 122 países hecho por el Foro Económico Mundial:
La mayoría de los profesores públicos terminan su vida en la indigencia total, debido a los exiguos salarios y pensiones que reciben del Gobierno… Son muchos los maestros que tras 30 años de servicio quedan sin posibilidades económicas para enfrentar las enfermedades que vienen con los años, teniendo que mendigar ayudas para subsistir y llevar los tratamientos. Muchos de estos viven en extrema pobreza, dependiendo de sueldos por debajo de los RD$2,000 [Unos 62 dólares al mes].
Lamentablemente, la asociación que los representa (ADP) está tan politizada que cuando alza la voz nadie piensa en los maestros y sus necesidades, sino en sus dirigentes y su oportunismo.
Fuente: Listín Diario.
Mi familia, tanto de parte de mi padre como de mi madre, tienen una tradición larga en el magisterio. Casi todos son profesores. Gracias a Dios, no han llegado a ese extremo, el de la indigencia. Pero sí puedo enuciar que el profesorado en general llega a esos puntos. Todavía me choca cuando por un lado elogian al maestro como un ente primordial de la sociedad, le canta himnos, sus alumnos les recuerdan para toda la vida, pero eso no es suficiente: son el grupo de profesionales póbremente asalariados y tienen un amparo casi nulo de parte del Estado.
¿Es así y de esa forma tratar a los maestros?
Saludos Joan. Igual en mi caso. Tengo casi 7 maestras emparentadas, y un maestro. Tal como dices, quizás no llegan el extremo de la indigencia, pero sí viven con muchísimas limitaciones. Por otro lado, el estudiante de estos tiempos, principalmente de primaria, no es el cajarito dócil que respetaba al maestro, sino el fruto de hogares disfuncionales. Muchos de ellos son enviados por sus padres a la escuela no para que aprendan, sino para quitárselos de encima durante la mañana o la tarde, pues ni siquiera ellos mismos los aguantan.