Para pensar

Demasiadas cosas que comentar y que son motivo de reflexión: durante toda la semana he comprobado una vez más que no hay consideración hacia el prójimo. Empecemos por un caso que desafía la lógica. Un buen día una señora acude a su centro de trabajo con su hija, la cual estaba enferma de varicela. 13 días después, una de sus compañeras de trabajo desarrolla la enfermedad. ¿Cuándo será que aprenderemos la lección? Si se padece varicela, sarampión, conjuntivitis u otra enfermedad contagiosa, debemos aislarnos para no propagarla.

Luego está la cantaleta del Metro. Aunque parezca increíble, muchos son los que se han quejado porque encuentran que las reglas de comportamiento son muy estrictas. Sobre todo ha causado molestia la prohibición de comer dentro de los vagones. ¿Qué creen? El dominicano promedio no tiene educación, por lo tanto, si estas reglas no se aplican al 100%, en pocos meses diremos adiós al Metro, que tanto dinero nos ha costado. Quién sabe, quizás el Metro sea buen punto de partida para hacer un ensayo educativo con la población.

Ayer me pasó algo muy absurdo: estando en el tapón de la 27 de Febrero noto que mi vidrio delantero está muy sucio, procedo a limpiarlo de la manera automática. Dos segundos después siento que me golpean la parte del atrás del carro. Miro por el espejo, y lo que había era una chatarra de esas del concho. Cuando se me puso al lado, el chofer empezó a vociferar que ya se había bañado, y que no le interesaba hacerlo de nuevo. Asombroso, ya ni siquiera se puede limpiar el vidrio en paz. Vamos mal, y la cosa viene desde arriba. Nada más hay que ver quienes fueron indultados.