Esta mañana mientras me transportaba en una guagua nos encontramos con un grupo de unos seis cobradores que se dirigían al Dario Contreras, querían darle una sorpresa a un compañero el cual estaba interno por una fractura en una pierna —¿Ven? Al final de todo los cobradores si tienen corazón— Todos estaban emocionados y hasta el chofer de la guagua donde iba les dio una bola hasta el Dario. Los cobradores y choferes no serán las personas más sociables del país, pero tengo que reconocer que con su grupo de trabajo —Lo que le llamamos «El coro»— son unidos de una manera increíble. He sido testigo en varias ocasiones como cobradores defienden a compañeros los cuales son acusados de una manera injusta, puede que al final de todo ellos no sean tan malas personas ¡Pienso yo!