En Santo Domingo ya nos habíamos acostumbrado a «convivir» con los AMET (agentes de tránsito), pero de un momento a otro, dizque siguiendo la recomendación de los ciudadanos, los quitaron de las intercepciones para que los semáforos hicieran el trabajo. La falta de los agentes, de los semáforos —muchos están dañados— y del sentido común —los chóferes insisten en meter la mitad del chasis de los autobuses mientras esperan la luz verde—, junto a dos días de lluvia en nuestra pequeña Venecia, han dejado las calles intransitables.
José Sigfredo Fernández Fadul, director general de la AMET, dijo en una entrevista que:
Con esto se da cumplimiento a un deseo de la población, que pedía que se dejaran trabajar los semáforos sin la presencia de los AMET
Al parecer, Fernández Fadul y Felucho Jiménez están a falta de cariño, haciendo pique para que se les reconozcan los beneficios de sus respectivas gestiones.
Ayer, mientras cruzaba la ciudad rumbo a Santo Domingo Este, me encontré con un tapón kilométrico, empezaba en la Ortega y Gasset y cubría casi completamente el elevado. Miré hacia la izquierda y allí estaba el agente de la AMET, cobijado bajo la sobra de una de las palmitas que sembró Roberto Salcedo, con el talonario en la mano, esperando «facturar» la próxima multa.