La inocencia de un niño

La inocencia de un niñoCoincidencialmente en el transporte que tomo a diario me he encontrado con un niño sordomudo que siempre anda con su padre, a este le gusta moverse y jugar con todos los brazos de las personas. Hace unas semanas vio unas pulseras que tengo en las manos y pasó el camino completo jugando con ellas, hoy me monté nuevamente y caminando en la guagua para tomar un asiento sentí como alguien me tomo del brazo, era el niño con su carita de felicidad y simpatía. Me senté en un asiento justo detrás de él y me pasó su pequeña manito para que se la tomara, comenzó a jugar con mis dedos con toda la inocencia y ternura del mundo. Ese pequeño aun con sus problemas estoy seguro que vive más feliz que cualquiera de nosotros, sin preocupaciones, sin lamentos, sin necesidad de saber quien murió hoy o que pasará mañana.

Sin preocupaciones

Estoy seguro que no supo que Bin Laden murió y de seguro que ni le hubiese importado, mucho menos le interesa quien Gobernará el país mañana, viviendo en un mundo de tranquilidad y armonía aun cuando tiene problemas mayores que los nuestros. Su papá de vez en cuando se mostraba desesperado por sus movimientos y risas, pero aun así todos los que lo estaban viendo reír, lo acompañaban en su alegría. Después de muchos apretones de dedos y hacerme ver que no le pude ganar en una «pelea de pulgares» su padre pidió parada, lo miro y me soltó la mano, me vio fijo a los ojos, se llevo la mano a la frente y me hizo un saludo militar, me quedé impresionado y reí junta a una señora que iba gozando con él igual que yo. Dios bendiga a ese niño y espero volverlo a ver pronto.

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