¡Hola! Dijo el niño por la ventana

Un pequeño que se acercó a una yipeta parada en el semáforo de la Gómez con Kennedy, dijo «Hola» antes de empezar su trabajo, limpió los cristales dejando una linea de sucia espuma deslizándose por la parte trasera de la yipeta —lugar que no alcanzar a ver los retrovisores del vehículo— el pequeño volvió y se acercó a buscar su paga, el conductor le dio unas monedas y este contándolas volvió a la acera y se quedó esperando otra luz roja. Esa es la vida de esos niños los que posiblemente nunca han tenido un hogar o unos padres que cuiden de ellos. Viven como hombres trabajadores algunos menores de ocho años pero con mente de veinte, una vida dura pero así es la realidad.