Hay que aspirar a más

AMETEn la imagen: Una oficial de AMET «haciendo coro» con un conductor. ©Acción Comunitaria

De tantas atrocidades que vemos a diario, bien pudiera decirse que el dominicano ha perdido su capacidad de asombro. Nada, absolutamente nada, parece indignar a algunas personas, quienes aceptan mansamente todo lo que venga, resignados a su condición de «dominicanos».

El sábado observé la siguiente situación: en la intersección de la Pedro Henríquez Ureña con Alma Mater una agente de AMET conversaba con el conductor de una camioneta Mitsubishi, que estaba de primero en el carril derecho. Mientras sucedía esto, el semáforo estaba en rojo, pero al cambiar a verde, la conversación entre agente y conductor continuó como si nada. Como era de esperarse, la camioneta en cuestión interrumpió el paso a otros vehículos que estaban detrás de ella, lo que dio lugar a bocinazos e intentos de otros conductores de tomar el carril de al lado. A todo esto, la AMET ni se dio por enterada.

Esta historia la reseñé en mi blog, MONACO, y, para mi asombro, alguien comentó que no podíamos esperar más de ahí porque «estamos en República Dominicana».

Sí, es cierto, estamos en República Dominicana, país donde hay muy poca voluntad para hacer cumplir las leyes, país donde lo que pareciera imposible es posible, pero ello no justifica lo que hizo esta agente de AMET. Estas cosas pasan porque el pueblo se ha resignado a que esto no tiene arreglo, de tal manera que cosas que debieran causar alarma se toman con una normalidad y pasividad terribles.

Tenemos que aspirar a más, y hay un grupo de personas que está dispuesto no solo a eso, sino a exigir. Contrario a lo que pudiera pensarse, las quejas son beneficiosas, siempre y cuando sepan manejarse.