«Epaguette» con arena

playaEn la imagen: El calor da para irse a la playa y disfrutar del sol y la arena

De seguro que esta nueva embestida de este calor de verano que nos llega, furioso e inagotable, equivale para mucha gente a iniciar las giras escolares o los viajes a las playas más concurridas cercanas al Gran Santo Domingo. Lo que yo me preguntó si la olla colectiva que nos afecta a todos, permite todavía llevar aquellas grandes pailas de «epaguette» (forma simple de decir espaguettis) con salsa de tomate con guarnición correspondiente de tres fundas de pan de “sanguche”, casi siempre, Pan Pepín, valga el anuncio.

Era la comida más barata y lo más fácil de cocinar… y rendía mucho. Siempre sucedía que antes del mediodía, el hambre atacaba dado el relax que provocaba en el cuerpo y el espíritu, la calidez de las aguas marinas. En los adultos, la ingesta sin prisa y sin pausa de varias cervezas generaba un apetito atroz e insaciable por lo que meter la mano en la paila antes de la hora prevista era siempre motivo de severas amonestaciones por parte de la «Doña».

Pero resulta y viene a ser que la susodicha y gigantesca paila de «epaguette» siempre aparecía llena de arena, caracoles, paticas de cangrejo muerto y hasta pedacitos de vidrio de botellas de ron. Nadie sabía a ciencia cierta cómo pasaba este percance pero lo cierto es que mucha gente que me lee sabe de lo que hablo.

No fueron una ni fueran dos las veces que los famosos «epaguette» se degustaban rociados de arena, piedras marinas y de otros «frutos de la extensa mar». Mi teoría es que esto sucedía porque en cada playa pública nunca faltaba un borracho dando piruetas revueltas en la arena con tal habilidad que la botella medio vacía de ron colocada detrás de su bañador nunca sufría el más mínimo percance.

Las impertinentes acrobacias del borracho salpicaban de arena a todo el mundo, incluyendo la comida. Producto de sus piruetas, al borracho le maldecían su santa madre una y otra vez hasta que por fin se iba a otra zona a exhibir sus malabarismos. ¿Y ahora que lleva la gente a la playa? Creo que picapollos y los más globalizado: comida chatarra (burguers..tacos, etc.).

El resto, muy pocos, creo, se zampa un pescado de 150 pesos con tostones y una cerveza grande. El «epaguette» rojo con arena y un chin de pan era lo más delicioso y seguirá siendo lo más rico al paladar de la gastronomía playera dominicana. Pa’ que se sepa.

14 comentarios

  1. excelente post.

    yo si comi y lo extraño.

    porcierto me pusiste las pilas para ir a la playa, aunque con esta ola colectiva se dificulta tal viajesillo.

    saludos.

  2. Si, querido hijo, la olla colectiva es fulminante. Habrá que ver lo que se hace con los «epaguete»

Los comentarios están cerrados.