El son de la buena vecindad

Ruinas de San FranciscoEn la imagen: Bailando Son en las Ruinas de San Francisco. ©José Arias

Néstor Sánchez Cestero es el líder del grupo sonero Bonyé. La agrupación musical que pone a gozar a tanta gente cada domingo en la tarde en la fachada principal de las Ruinas de San Francisco. Es el señor del sombrero y las canas que se ve en varias fotos de este slide. Sobrino de Rafael Sánchez Cestero, aquel señor de frac elegante que cada semana cantaba trozos de ópera en su programa «Música de Siempre» por la antigua Radio Televisión Santo Domingo, canal 4.

Cestero, el sobrino, reconoce que los vecinos están asustados con tanta gente en las puertas de sus casas en el circuito de calles que comprende Hostos-Emiliano Tejera-Ruinas. Es justo decir que ya la vecindad ha dado su aporte a la tolerancia ciudadana y al disfrute de 3 horas de buen compartir y buena música latinoamericana y caribeña en la que no falta ni Daniel Santos ni Félix del Rosario.

Lo que empezó como el disfrute intimo de un grupo de amigos, se ha convertido en una llamada ciudadana a la pachanga sin estridencias ni tiros al aire. Solo falta que los organismos «oficiales de la cultura» no quieran adueñarse del solar. Esperemos que no ni que tampoco lo dejen hacer y deshacer.

El espíritu de barrio y el gregarismo en buena onda se impone durante tres horas totalmente gratis y dejando atrás las calamidades personales y el fardo de vivir en una ciudad donde todo es carísimo en materia de ocio.

Aquí se baila gratis y usted pone su cerveza y su ron. Si le da hambre, de manera familiar, algunas señoras del barrio han aprovechado y han montado puestos de comida higiénicos y apetitosos. Estamos hablando de carnita con tostones fritos, pasteles de hoja, quipes y pastelitos. Que siga la fiesta en buena vecindad. Hace falta darle vida y calor a la Zona Colonial. Es gratis y nadie sale herido. ¡Azucaaaaaaa, dijo la vieja Celia!

José AriasJosé Arias es periodista desde hace 15 años y ahora editor-fundador de Blogarias. En este Siglo XXI de gripes A y Blackberrys, José ha laborado en diversos medios dominicanos y más de sus colaboraciones semanales en este blog, picotea por ahí cuando aparece. → Blog, Twitter.

8 comentarios

  1. de verdad, eso es un ambiente tan sano, de camaradería, de «nostalgia» que ojala no se dañe y pueda convertirse en un patrimonio más de la zona colonial… que bonito, el que no haya ido, que vaya y viva la experiencia, hay que vivirlo y sentirlo =)

  2. @VicFeliz, concido contigo, ese mismo comentario lo he conocido de otros más que van con regularidad. A falta de lugares sanos para toda la familia, ir a este lugar es encontrarse entre generaciones diferentes: aquellos apasionados del Son y de otros que simplemente quieren aprender de los viejos, que ni tan viejitos son.

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