Santo Domingo, que alguna vez fue considerada una de las ciudades más limpias de América Latina, hoy está envuelta en un desorden que va más allá de la basura y el tráfico caótico. La situación es tal que pareciera que el desorden es nuestra forma de vida, un reflejo de cómo pensamos y actuamos: desarticuladamente, sin planificación alguna y sin pensar en las consecuencias.
Producto de este desorden, transitar por Santo Domingo es una caja de sorpresas: gente en vía contraria, que bloquea la intersección, peatones que cruzan sin ver, guaguas que doblan encima de otros carros, y así por el estilo. Tan acostumbrados estamos a esto, que los agentes de AMET ni se molestan en dar una carrera a estos infractores, y nadie dice nada.
El desorden es también urbano. Son pocas las avenidas y calles despejadas, sin basura, y agradables a la vista. Las autoridades, lo mismo que la ciudadanía, son responsables de esta situación. En cada esquina, sobre todo si está en las inmediaciones de una universidad, hospital u oficina pública, lo común es encontrarse con varios vendedores informales instalados con sombrillita y todo, ofertando jugos, empanadas, frutas y demás, muchas veces sin el mínimo de higiene.
Habrá quien diga que esas personas tienen derecho a ganarse la vida, y en eso estamos de acuerdo, pero no debe permitirse que haya un desorden y un caos permanente por eso, precisamente lo que ocurre en Ciudad Universitaria, por las inmediaciones de la UASD, donde la gente está al garete.
Cuando viajamos fuera del país, siempre admiramos la limpieza y el orden de la ciudad que se visita y no son pocos los que se lamentan por el estado deplorable de Santo Domingo y otras ciudades del país. Queremos turismo, pero de momento ninguno de los polos turísticos cuenta con una ciudad o pueblo agradable a la vista. Fuera de los hoteles, las cosas son muy distintas: basura, estructuras en mal estado, jardinería fea y descuidada, y un largo etcétera. Hace falta un cambio de mentalidad hacia el orden y la planificación, porque en este país lo que impera es la improvisación.
Que viva la Republica Dominicana!!
Y en ese mismo desorden, nuestro politicos haciendo las suyas para nosotros aguantar el fuete. Asi vivimos, en un desorden… ¿y ahora es que te das cuenta mija?
@José, ¿irónico, no?
Más allá del comentario de @lida… les agrego otro que viene desde Facebook:
«Lo que mas me molesta, es que los mismos ciudadanos tiramos la basura desde las guaguas!!! eso me dio un quille ahorita que venia destras de una guagua por la gomez y sh.. eso era tirando los mismos pasajeros tiraban las funditas de los helados que venden en la calle, POR ESO ES QUE LA CULPA LA TENEMOS TODOS!! COMENCEMOS POR NOSOTROS MISMOS A PONER EL EJEMPLO!!! QUE LINDO ES NUESTRO PAIS, LASTIMA, QUE NOS QUEJAMOS TANTO Y NI SIQUIERA NOSOTROS MISMO LO CUIDAMOS…!!!! QUE VIVA LA REP.DOM.!!!»
Quizas no venga al tema, pero me acuerdo que en una ocasion me monte en una guagua en la Capital y amablemente le cedi mi asiento a una señora, y otra señora me dice, muchacho, es usted un caballero!! Y unos tigueres en la cola de la guagua le dicen a la señora… Caballero no! sera pendejo!!
Me acorde de eso puesto que con respecto al trafico no es desorden, es el que no lo cojan de pendejo en la calle, no podemos ser amable porque vivimos en una carrera contra todos… Sera falta de amabilidad? Falta de preocupacion por el ambiente? Falta de educacion? Nos comportamos como unos empleados en una empresa que nos trata mal, o asi lo pensamos: Republica Dominicana INC.
@Joan
Que viva la Republica Dominicana!!
🙂
Lo chulo es q los dominicanos vamos a otros paises y en la mayoria de los casos nos comportamos por el librito.
La falta de civismo en la Republica Dominicana brilla por su ausencia. Mientras los ciudadanos no tomen responsabilidad se seguira viviendo en un caos. Pero para que esto suceda ahi que responsabilizar a los primeros culpables, los politicos y me refiero a todos no importando el partido. Hasta que no se ponga orden en el gobierno no cambiara nada.