Mientras las autoridades en materia económica siguen exponiendo la fortaleza de nuestro sistema —que es justo reconocer— ante las posibles consecuencias de la crisis financiera, la diáspora dominicana comienza a sentir los primeros efectos con las remesas, que comienzan a reducirse en esta temporada, justo cuando miles mandan sus chelitos a sus familiares. Si, es el otro lado de la moneda y es la dura realidad:
Felipe Ventura, quien tiene un pequeño negocio de venta de frutas y vegetales en la calle 207, casi esquina Broadway, expresó que “he tenido que reducir la cantidad de lo que envío en los últimos meses, la gente está comprando menos. Esto no está fácil y este es un negocio que hago de manera temporal, porque cuando llega el invierno hay que despedirlo. Allá le mando a mis hijos y familia, pero ahora mando menos, pues no puedo”. Clave Digital.
Y seguirán surgiendo más problemas durante esta recesión, inminente en pequeños estados como el nuestro, donde las reacciones de los mercados se sentirán mucho mayor, no sólo en la economía nuestra, sino en la sociedad completa.
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