De miedo y otras cosas

miedoEn la imagen: Chaos, ©artwruter92

El miedo es quizás una de las emociones más fuertes que existe, tan fuerte que es capaz de que en algún momento cedamos a presiones que en realidad no tienen sentido. Es esta sensación de miedo, acompañado usualmente de represión, la que garantiza el éxito a los pocos regímenes totalitarios que aún perduran en el mundo, como es el caso de Myanmar, anteriormente Burma.

Me pregunto, ¿qué lleva a una persona a inducir el miedo en otra? ¿Será algo relacionado con problemas de autoestima? Quizás una niñez traumática sea la culpable de sentimientos poco naturales que luego se manifiestan de manera muy especial y específica. La historia está llena de personajes que usaron el miedo y la represión como armas intimidantes: Adolf Hitler, Benito Mussolini, Stalin, Trujillo, Tachito Somoza, Augusto Pinochet, Idi Amín, Pol Pot, Mobutu Sese Seko y un largo etcétera.

La otra cara de esta pregunta es, ¿por qué la gente acepta que se le imponga el miedo? Miedo genera miedo, esa es una frase que llevo años escuchando, y recientemente pude comprobar su veracidad. La única forma de vencer el miedo, sobre todo en sociedades como la nuestra, donde hace mucho impera la democracia y por consiguiente la libertad de expresión es moneda corriente, es no dejándose intimidar. En ese sentido, he cometido un error que no pretendo cometer jamás.

Ceder a presiones caprichosas no trae nada bueno consigo, tan solo da más poder a quienes hacen uso de herramientas como el miedo como forma de intimidar.

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