Foto: Su café en sí mismo no es una cosa del otro mundo, pero el ambiente y lo que todo aquello representa crea las condiciones para que el público siga visitando La Cafetera a pesar del deterioro en que vive ahora mismo la Calle El Conde.
Íconos de nuestra ciudad
Hay dos establecimientos comerciales gastronómicos que son íconos de la ciudad de Santo Domingo: la Barra Payan, en la Avenida 30 de Marzo, y La Cafetera en la Calle El Conde. Ambas atraen buen público —principalmente dominicano, no turístico— sin importar la situación de los negocios que tengan alrededor o los cambios que afecten el punto en que funcionan, pues de algún modo, representan un momento de nuestra ciudad y después de años siguen haciendo una sola cosa: sándwiches y café. El orgullo de ambas es que no tienen sucursales ni han cambiando ninguno de sus elementos, en otras palabras, están congeladas en el tiempo, en algún momento del pasado reciente. No tengo los números a mano, pero siempre se ha dicho que producen mucho a un bajo costo, lo que debe representar grandes ganancias para sus propietarios.
100% dominicanidad
Algo curioso que sucede en ambos, pero principalmente en Barra Payán, es que logra capitalizar a su favor aquello que para cualquier otro negocio similar sería una tragedia: pocos parqueos, difícil ubicación, un caos en el servicio, productos rudimentarios y un ambiente que deja mucho qué desear. Los dominicanos vamos a ambos establecimientos, pasamos allí lo que no soportamos en ninguna otra parte, vivimos una experiencia extraña —pero sorprendentemente satisfactoria— y salimos de con la convicción de que ese sándwich o esa taza de café son lo mejor que se puede probar en cualquier otra parte del mundo. La conclusión es sencilla: el negocio de la nostalgia mueve fuertes emociones, pero también fuertes sumas de dinero. Es sólo un pan de agua con algún acompañamiento y aderezo; una taza de café molido como cualquier otro, pero en cada mordida y en cada trago nos sentimos más dominicanos que nunca, pagamos, volvemos cuantas veces podamos y celebramos el lugar. Sí, visitar Barra Payan o La Cafetera, más que una experiencia gastronómica, es una celebración de la Cultura Popular Dominicana.
Por lo menos barra payan tiene algo muy importante, que nunca han cambiado el sabor ni la calidad del servicio
Los recuerdos y las emociones es lo que mueve esos negocios. Mis padres me llevaron desde pequeñita a Barra Payan y solian contarme los recuerdos alli creados hacia años. Ya despues, yo fui quien creo recuerdos en aquel lugar, y apuesto que si sigue alli y tengo hijos seguire la tradicion.
iAlexDR: no sé a que te refieres con calidad en el servicio, pues a mi entender está por el suelo. Yo también voy a Payan y lo disfruto, pero buen servicio como tal no tiene. Saludos!
Gina: excelente aportación, ya te extranaba por aquí. 🙂
Barra Payan y La Cafetera logran capitalizar a su favor lo que para cualquier otro negocio sería una desgracia: http://ow.ly/1V6pk ^RP #fb
pienso que deberian realizar una remodelacion.
Las Cambie Por Cafeteria Don Tato