Sólo somos dinero para ellos

Después de un aguacero repentino y durar más de lo normal en mi casa por la lluvia, pude tomar el transporte con el cual me dirigía hacia mi trabajo. Un señor que iba en el último asiento pidió parada y llegó al frente con su ropa mojada igual que el bulto que llevaba en sus manos, el techo de la guagua tenía un filtración de agua y este no pudo evitar mojarse con las gotas que caían. Furioso habló con el cobrador para explicarle que nosotros pagamos por un servicio el cual debería ser confortable, el cobrador lo miró y le dijo «Yo no tengo culpa de que tu te hayas mojado» volteó la cara y siguió con su trabajo. El pasajero furioso se desmontó y pidió que un terremoto destruyera el país, una medida algo trágica. Esa forma en que tratan a los pasajeros en los transportes públicos como si fuésemos basura, realmente no ayudará a mejorar esto. Lamentablemente esa es la realidad sólo somos dinero para ellos, algunos nos ven como una peseta otros como tres monedas de diez.