Una ayuda al limpiabotas

Estaba en un colmado comprando algo en días pasados cuando se me acerco un limpiabotas y me ofreció limpiarme los zapatos, le dije que no y empezó a decirme como quedarían si le dejaba que los limpiara seguí insistiendo que no lo necesitaba. Después de tratar de convencerme me miró y me dijo «pue’ deme 5 pesos para desayunar aunque sea» —eran casi las once de la mañana— realmente lo vi y sentí la necesidad de ayudarle, le pasé 10 pesos con los cuales sonrió, completó con algo que tenía y compró un sandwich. Una ayuda como esa lo que hace es darme alegría, porque estoy seguro que él necesitaba ese dinero más que yo. Una ayuda a personas necesitadas no está mal, el problema está en saber que quien te la pide realmente la necesita.