Un taxista desesperado

El día de ayer tomé un taxi para llegar a mi casa, el señor de unos 40 años era muy amable cosa que ya no se ve en los servicios públicos. Este me dijo que le convenía llevarme debido a que tenía algo que pagar por donde me iba a dejar. Preocupado me estaba hablando de que debía la casa y que el dinero que tenía un señor al cual le había tomado prestado unos «chelitos» se lo había cobrado, me estaba diciendo que no tenía mucho dinero y que además tenía que echarle gas al vehículo. Minutos después esperando el cambio de un semáforo, el carro se quedo por gas, instantáneamente lo cambió a gasolina, lo puso en marcha y me dijo que no hacía dos horas que le había echado dos galones, se agarró la cabeza y se mostró bastante preocupado. Al parecer al pobre hombre lo habían engañado donde había recargado su tanque, es una pena que aparte del alto costo de los combustibles también nos engañen dándonos menos de lo que pedimos. Al momento de bajarme me dijo que fue un placer hablar conmigo, espero que ese amable hombre pueda salir de todos sus problemas.