UASD El joven Miguel Ángel Tejada, después que terminó su bachillerato ingresó a la UASD para estudiar, su familia de pocos recursos no tuvo opción ya que no tienen dinero para costear el alto precio de las otras universidades. Aun con las miles de críticas dando vuelta en su cabeza —que las huelgas, las filas, los profesores— Miguel Ángel, ingresa a toda marcha a lo que será una nueva experiencia en su vida. Al llegar a las 8:00 a.m. se dirige a la primera persona que ve para buscar información —algo muy peligroso en la UASD, ya que la mayoría te mandará a caminar lo más lejos posible—, esta le dice que vaya a Bienestar Estudiantil —aquí inician los problemas— allí Miguel les dice que es de nuevo ingreso, le dan información para que vaya a la biblioteca a seleccionar sus materias —sin muchas palabras y sin mucho interés de ayudar— con ese mandato empieza el primer viaje entre las calles de la UASD.

Dando inicio a una historia inolvidable

Miguel Ángel entra por la puerta de la biblioteca Pedro Mir, impresionado con lo grande y bello del lugar pide información y lo envían a las plantas superiores. ¡Bien! Encontró una computadora libre, la toma deprisa, al mover el Mouse se da cuenta que la «bolita», no está en su puesto sólo sujetaba un cascarón vacío y lleno de polvo, se para y entiende porque fue tan fácil encontrar una PC vacía. Después de unos 20 minutos puede sentarse en una que funciona bien, entra a la página de la UASDuasd.edu.do— y viene la hora de seleccionar —Ingrese su Identificación de Usuario (ID) y su Número de Identificación Personal (NIP). Cuando termine, seleccione Acceso— al introducir sus datos junto a la contraseña esta da error, aun después de varios intentos esta no ingresa y empieza la preocupación —todos hemos pasado por esto y sabemos cuanto incomoda— desesperado le pregunta a unos estudiantes y estos le dan un consejo «Ve a Bienestar estudiantil» nuevamente al inicio de la gran jornada

¿Quién me ayuda?

Algo tímido y con los pies cansados le dice a la joven que la contraseña no funcionó, esta algo desinteresada le dice «A mira es que tienes que ingresar esta para luego cambiarla por la que tu desees» el joven Miguel Ángel se preguntó ¿Por qué no me lo habrá dicho antes? Toma su trozo de papel mal cortado dado por la chica de información y se dirige nuevamente a la biblioteca —antes de llegar decide comer algo para poder seguir el camino con el estomago lleno—. Llega a la biblioteca nuevamente y le ora a Dios para que todo salga bien, mientras espera que se desocupe una PC da una vuelta y ve algunos libros, estudiantes durmiendo en la biblioteca y computadores que si quiera funciona el monitor. ¡Llegó el momento! Todo bien la contraseña funcionó, cuando está esperando que cargue lo último que le pasó por la cabeza fue la gran dificultad que le esperaba para seleccionar. 2 horas y media —un record único— pudo seleccionar, pero sin darse cuenta el sol estaba cayendo y se acercaban las 6 de la tarde. «Un día completo sólo para esto y mañana tengo que volver temprano para pagar» sólo dice el joven Miguel Ángel. Se retira con la mochila casi arrastrandola por el suelo, los zapatos presionando los callos de sus pies y con la frente empapada de sudor, lo único que le queda por hacer es ir a su casa y prepararse para el desorden, la desconsideración y la fila más larga que ha visto en su vida.

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