Es penoso que mientras en América Latina y el Caribe, la región de más altos niveles de homicidios en el mundo, se destine hasta un ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en asuntos de seguridad, apenas un dos o tres por ciento es empleado en materia de educación.
— Paulo Sergio Pinheiro,
relator de la Niñez de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos de la Organización
de Estados Americanos (OEA)