Yo viví la tortuga ninja manía

El renacimiento fue una época donde las artes florecieron y el pensamiento humano se volvió esperanzador y hasta sublime. Entre sus grandes exponentes estuvieron Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio, Miguel ángel Buonarroti y Donatello. Yo conocía muy bien esos nombres mucho antes de recibir por primera vez mi clase de historia. Leonardo, Rafael, Miguel Ángel y Donatello fueron más que artistas para mi, eran mis juguetes y personajes Ninja favoritos. Patadas voladoras, golpes de karate y mucha astucia dominaban ahora los dotes y talentos de estos cuatro hermanos mutantes. Eran las tortugas ninja, cabían en la palma de mi mano, y combatían contra el maligno Destructor y sus secuaces. Posiblemente los juguetes más exitosos de los 90s, Viví su fiebre de principio a fin. Tenía la tortuga bombero, la coronel, la paracaídas, policía, la pelotera, la rockera, la vaquera, la tortu-guagua, 3 tortu-motores, un Rafael gigante, una Donatello Trasformer, el reloj de Leonardo, la lonchera, la mochila y hasta la bicicleta ninja.

Los inolvidables muñecos ninja

Lo que había comenzado con un Michel angeló, como regalo de reyes en muy poco tiempo se convirtió en una colección sin precedentes, un imperio con decenas de figuras de diferentes temas y motivos. Hasta tuve una tortuga mexicana, con su traje de charro y todo. Los niños estábamos locos gracias a ellas, negociábamos los muñecos por otros creando así un mercado negro donde el que daba más ganaba, recuerdo que por una tortuga policía, cambié mi tortuga samurái y la detective ya que las tenia repetidas. Existía todo un ecosistema ninja. En el canal 11 pasaban las series animadas, lógicamente no me perdía ni un capitulo, las tiendas exhibían sus disfraces y las ropa, fui a varios cumpleaños en mundo sobre ruedas vestido de verde y con un caparazón de cartón, tenía las 3 películas y hasta me sabia los diálogos. El fenómeno que comenzó a finales de los 80s gracias a un impactante comic, fue mutando hasta convertirse en uno de los productos mejor mercadeados de todos los tiempos, difícil era escapar a al frenesí Ninja, nos contagiaba a todos.

¿Cual Ninja eras tú?

Hicieron hasta que los niños comieran más pizzas ya que este era el plato favorito de los anfibios ninja. En mi cuaderno petete no dejaba de dibujarlos, y cuando jugaba con otros niños siempre fui el personaje de Donatello, el que usaba como arma el palo, deflecaba una escoba solo por ser como mi querido Donatello. Con las tortugas teníamos infinitas maneras de jugar en base a ellas: Juntábamos los muñecos de todos y creábamos toda una historia inspirada en algún capítulo de la serie, la imaginación volaba, agarraba mis tortus con mi Splinter, el destructor de mi amiguito, el Bebop y Rocoso de otro amigo y juntos complementábamos toda una divertida tarde. Después de eso, entonces personificábamos nosotros mismos a las turtles: cada quien buscaba su arma Ninja, y con pañuelos amarrados en la cabeza y rodillas simulábamos ser una de ellas. Miguel Ángel era el mamey, Leonardo el color azul, Rafael el rojo y yo Donatello era el morado. Ya caída la tarde, entonces jugábamos súper nintendo, tenía la cinta Turtles in time, muy buena por cierto.

Los 4 hermanos hijos de Splinter

Las Ninja tortugas adolescentes mutantes nos llevaron a un mundo de mucha acción y artes marciales sus personajes se identificaban con la personalidad de cada quien Leonardo: el líder, Miguel Ángel: el payaso Rafael: el mas rebelde y Donatello: todo un científico. La historia de unas 4 tortuguitas se expusieron a una sustancia química los convirtió en mutantes, recibieron la educación y entrenamiento del maestro Splinter que era un ratón y después conocieron a una linda periodista que trabajaba en el canal 6 llamada Abril Oneil. Quizás no ha habido un juguete más exitoso, las veías en todas partes, recuerdo que en esa época (1996) en Cuesta centro del juguete podías conseguir una al módico precio de 150 pesos, el equivalente a 500 pesos actuales. Hay mucho que hablar sobre ellas, quizás D101 no daría para los grandes momentos que pase junto a mis inolvidables personajes y mis juguetes. Ya de grande a veces quiero volver a agarrar ese palo del suape y creerme Donatello, aunque sea por un momento, fue una linda niñez estar junto a ellas, fue muy divertido haber tenido tortugas Ninja, ¡Cowabunga!