La implementación y funcionamiento de un nuevo sistema de transporte en una ciudad de numerosos habitantes, hace un cambio trascendental a la movilización y en especial, la conducta y cultura de las personas que habitan en un cono urbano específico. El caso del Metro de Santo Domingo, según algunos, supone un cambio radical dentro de la capital de la República en diversos aspectos. El comercio minorista e informal, es un ejemplo a destacar.
En el blog he dado ejemplos (1 | 2 | 3) en donde la gente —quizás por moda, quizás por recordación de marca— utiliza la palabra Metro para conectar con modernidad y la cacareada construcción del Metro de Santo Domingo en la cual, todos los medios —incluyendo este espacio— contribuyeron para que la «fiebre» se armase en toda la población. Adicional, Villa Mella —que antes era tan sólo conocido por su lejanía del Distrito Nacional— se ha convertido en un punto de «atracción turística», que los comercios informales están aprovechando al máximo desde hace un buen tiempo.
Las frituras, cafeterías pequeñas e incluso hasta establecimientos que ofrecen servicios, se unen para crear una «atmósfera» alrededor del Metro, consignando un aire de modernidad que puede bien chocar con el entorno de pobreza de un municipio —a eso incluyo el Distrito Nacional— que tienen problemáticas en su entorno que aún no se resuelven. Más allá de ese problema social, lo cierto es que Villa Mella ya dejó de ser una sabana llena de gente —muchos de ellos, con ingresos por debajo del sueldo mínimo—. Hace rato que tiene un Metro.
El Metro y el nuevo marketing que hacen los comercios informales, para sobrevivir http://bit.ly/zbTOA
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