Una infancia descalza

La niñez para la mayoría de nosotros trascurrió, entre muñequitos, juguetes, juegos de vitilla, maroteos, el libro nacho y lápices de colores. Las grandes adversidades comúnmente consistían en una pela en silabas o algún castigo bien merecido. Sin embrago, hoy una infancia tronchada se alza deforme ante nuestros ojos. Me refiero a los niños de la calle, de los que alerta hoy la organización Acción Callejera de Santiago, a través del Listín Diario.

La entidad cita que los niños de la calle son resultado de las condiciones negativas que afectan la familia, la comunidad, la escuela y el Estado. La presidenta del Consejo de Directores de Acción Callejera invitó a la población a iniciar y no postergar los esfuerzos necesarios para mejorar las alternativas de desarrollo.

¿Cuáles serán las alternativas para estos pequeños, que lejos de causarnos ternura, nos causan molestia en cada semáforo? La idea de recogerlos a todos montarlos en un camión ponerlos en una casa donde les den comida, los desparasiten y los manden a la escuela no es únicamente insostenible, sino también paliativa, pues no trata la causa, sino que calma los síntomas.Cuéntenme de programas que se hayan desarrollado o se estén desarrollando, en sus comunidades, a fin de llegar a la causa de este mal de piecitos descalzos y sucios.