Reportar la actualidad y opinar sobre la realidad que nos rodea en la República Dominicana, ya es harto sabido que es un oficio sin dolientes mucho menos con parientes. Todo esto a propósito que hoy se cumple un año del atropello a la integridad física y emocional del comunicador Vianco Martínez por parte de los espalderos del empresario artístico Saymon Díaz.
Un año después, el caso Vianco sigue sin dolientes. La justicia dominicana es sorda, muda y ciega cuando se trata de personas sin linaje ni dinero, sobre todo, sin dinero, y el caso Vianco es la muestra más evidente del botón de nuestra camisa cotidiana de vejaciones, humillaciones y palizas por parte de los sectores poderosos públicos y privados.
Se cumple a cabalidad con el propio Vianco, su propia «teoría». Aquella que nos planteara a amigos y contertulios en las esporádicas tertulias, que entre cafés y vasos de agua, compartimos en la Librería Cuesta. Esa «teoría» plantea que los periodistas que no se venden ni «chelean» a dos por uno sus cuartillas, que reciben «patá y trompa» de todo el mundo, son unos son unos «come eme», es decir unos come maldades, por favor, no sean mal pensados.
Hoy es el Día de Desagravio a la Prensa por parte de un grupo de periodistas solidarios con Martínez. De seguro que las autoridades judiciales prometerán una solución del caso. Promesas para la prensa y para mitigar rabias e impotencias.
Más de lo mismo. Si, Vianco, somos unos «come m».
Un día como hoy, Vianco Martínez fue víctima del abuso de poder. Todavía su caso no se resuelve http://is.gd/2oOlB
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