Un atraco imperfecto

Asaltante No todo aquel que sale a atracar logra salirse con la suya y por más inverosímil que les resulte la historia aquí narrada, solo les tengo para decir que pasó. Ocurrió en el barrio de Cristo Rey, ustedes tal vez han conocido historias similares pues a decir verdad la estupidez es sumamente democrática: es por ello que nadie ha podido evitar sentirse estúpido alguna vez en su vida. Lo que sigue es la historia del atraco más aparatoso llevado a cabo por dos individuos que a juzgar por su proceder se diría que el crimen organizado hoy día ya no es tan organizado. Es otra historia de barrio tan verídica como el video de la presentadora de TV local en pleno acto de felación a plena luz de día en la zona colonial. He aquí la historia ―la del atraco por supuesto―.

Fue en la tarde

Recuerdo que dormía, lo sé pues cuando uno está en la hiperbórea región de los sueños, difícil es olvidar como toda esa placidez se hace añicos gracias al súbito estruendo de un disparo seguido del confusito jolgorio de voces y el ladrido de unos cuantos realengos perros. Me levanté pero para cuando me asome a la puerta ya todo había pasado así que me dirigí al lugar de los hechos: el colmado al lado de mi apartamento. Allí me informaron que se había efectuado un atraco y el saldo de víctimas era: un herido de bala y un perro muerto. Dos asaltantes entran al local, uno de ellos desenfunda su pistola encañonando en el acto a la esposa del dueño mientras recitaba a modo de mantra: «Deme el dinero de la caja o la mato» hasta aquí todo parece un atraco normal. No se adelanten. Ahora viene lo bueno.

¿Tan mala está la cosa?

A seguidas el dueño del colmado, abre presuroso dicha caja sacando de la misma un billete de quinientos pesos, el otro asaltante lo toma más presuroso aún. Ambos miran rápidamente al propietario y este solo atina a decir: «Es todo lo que hay». Ambos emprendieron la huida no sin antes el más joven de los atracadores atinar en hacer un disparo muy desatinado pues fue a dar a la pierna de su compañero. Ustedes pensarían que en ese momento algún gesto de solidaridad hacia su colega era lo debido pero ¡qué va! Huyó en bola de humo mientras que su compañero cojo hizo lo mismo pero a paso mucho más lento. En su camino encontró un perro estorbando su trayectoria, suponemos que a modo de escarmiento para que nadie intente atraparlo decidió entonces poner al perro como ejemplo perforándole el estómago de un balazo.

Más rápido que un gallo

A fin de cuentas ambos asaltantes fueron atrapados pues la cadena de actos estúpidos no terminó con el perro desangrándose en el pavimento. El asaltante herido fue en busca de primeros auxilios a la clínica más popular del barrio: la del Doctor Cruz Jiminian mejor conocido como «Antonito» allí fue capturado por la policía. El otro fue encontrado gracias a que su compañero soltó todo, suponemos que este acto de traición fue motivado por la torpeza de su amigo al dispararle y herirle accidentalmente y luego mostrar la más mínima cuota de solidaridad al huir y dejarle solo. Un último y sombrío dato sobre este tétrico asalto es que ambos eran menores de 15 y 17 años respectivamente, pero esto no fue obstáculo para que ellos portasen pistolas. Esperemos que una vez en la cárcel ellos no concluyan qué fracasaron debido a su falta de madurez.

6 comentarios

  1. video de la presentadora de TV local en pleno acto de felación a plena luz de día en la zona colonial. He aquí la historia

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    Como y donde fue eso, que no supe na’

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