Tres grandes limitaciones del dominicano

Este artículo quedó un poco largo. Mi meta en Duarte101 es escribir como mucho artículos de tres párrafos —optimizados para el lector criollo—, pero aquí no pude resumir. Pueden leerlo por partes.

Me parece que la solución para el gran problema de la pobreza, en todos sus sentidos (poca educación, poca seguridad, poca alimentación, poco conocimiento), no está ni en el gobierno ni en las organizaciones de beneficencia y ayuda social —aunque estos pueden ser actores de importancia colaborando en su solución—, sino, en el mismo carácter del dominicano. Si en vez de quejarnos tanto y esperar sentados a que un gobierno u otros países resuelvan nuestros problemas, nos dedicáramos a trabajar más proactivamente por mejorar nuestra condición, la realidad seria muy diferente.

Los dominicanos tenemos tres grandes dificultades que limitan nuestra capacidad de desarrollo: estamos más acostumbrados a criticar que a resolver, siempre esperamos que alguien resuelva nuestros problemas —paternalismo— y en vez de enfocarnos a resolver un problema a la vez, esperamos resolver de golpe y porrazo problemas que nos vienen acompañando desde que somos patria.

A continuación el detalle:
El dominicano está más acostumbrado a criticar que a resolver
Desde los tiempos de la dictadura, el dominicano se acostumbro a tener una capacidad de acción corta. Lo que podía hacer un ciudadano en tiempos de represión por mejorar sus condiciones sociales era muy poco, por lo que terminaba consolándose en la critica o en la esperanza de que algún día caiga el tirano y llegue el progreso.

Lo que no nos dijeron fue, que con la desaparición de la limitación el progreso no vendría solo, que había que trabajar duro para conseguirlo. Hoy vivimos en una democracia y con más derechos civiles que hace 50 años, pero muchos dominicanos solo siguen cruzados de brazos esperando que cambie el gobierno de turno para que llegue el progreso.

Con esto paso a nuestra segunda gran limitación:
El dominicano siempre espera alguien resuelva sus problemas
Una de las peores herencias que nos dejó la dictadura y los posteriores gobiernos paternalistas que tuvimos fue la imagen del estado como matrona que resolverá todos los problemas del pueblo. Es cierto que el estado tiene una responsabilidad, principalmente en la creación de las condiciones necesarias para que se de el progreso, pero no es posible que cargue directamente con los ciudadanos, que cree las condiciones y también los ayude a aprovecharlas.

Me parece que es mucho lo que el dominicano espera de su gobierno, y como el pueblo tiene unas expectativas tan grandes, los gobernantes se sienten presionados a ser populistas resolviendo problemas triviales —dar un fundita, una botella, 500 pesos o un pote de ron— y no se concentran en resolver los problemas fundamentales: seguridad ciudadana, institucionalidad, marco legal funcional. El hecho de que alguien no tenga acceso a un empleo no depende exclusivamente del gobernante, existe innumerables condiciones —falta de preparación, poca laboriosidad, poco esfuerzo por conseguirlo o hasta inconformidad (muchos sin preparación alguna desean sueldos de ejecutivos y prefieren sentarse a trabajar por menos)— que son más problemas personales que nacionales.

Y aquí, concateno el último punto que es nuestra tercera limitación:
El dominicano esperara resolver —léase que le resuelvan— de golpe y porrazo todos los problemas.
Preferiría que en vez de entregar un listín con mil promesas electorales, el gobernante de turno se enfocara en dejar resuelta una sola cosa, pero que la resuelva bien. Lamentablemente, si un candidato no ofrece empleos, salud, educación, seguridad ciudadana, muchas obras y cien cosas más, el dominicano no lo acepta. De entrada sabemos que no cumplirá ni en un 5% lo que dice su programa de gobierno, pero preferimos una oferta antes que un verdadero proyecto.

Solo por poner un ejemplo, aunque casos qué citar hay por montones, ¿cuántos gobiernos han ofrecido resolver el problema de la energía eléctrica? Todo el que ha pasado por el estado le ha puesto la mano y lo ha movido a un lado o al otro, pero como para ganar no solo hay que dar luz, prefiere darle un analgésico que le mejore los síntomas por unos cuantos meses que una solución definitiva que termine con el problema una vez y para siempre.

Pero esta orientación a la inmediatez no solo se da a nivel de nación, sino también a nivel personal. Es muy vergonzoso que la única esperanza de progreso para muchos dominicanos sea ganar el loto, que le firmen un hijo pelotero o cruzar el charco. Preferimos esperar un gobernante mentiroso —que haga muchas ofertas—, los millones de un equipo de pelota o un viaje, aunque sea ilegal, para resolver en un solo día, que trabajar con constancia para superar nuestras dificultades de toda la vida.

8 comentarios

  1. @alfonso, vagos como tal quizás no seamos, pero si muy quejumbrosos, gobiernistas y recostados.

  2. El no dice que seamos vagos, sino que preferimos esperar a que alguien tome la iniciativa por nosotros para resolver un problema.

    Esto pasa una y otra vez y nadie toma la iniciativa.

  3. Yo estoy de acuerdo contigo. El dominicano lamentablemente quiere lo suyo hoy, no lo de su futuro. Que le den su pescado, no que lo enseñen a pescar. Esperamos que nos resuelvan todo. Siempre. Y es culpa principalmente de Balaguer y sus secuaces.

  4. @JuanJosé , gusto en verte. Tal como dices, necesitamos tomar la iniciativa, dejar de esperar.

  5. @ginnette, no desde Balaguer, quizás desde más atrás venimos arrastrando esa malacostumbre. Necesitamos urgentemente aprender a pescar.

  6. Concuerdo con la mayoria.

    lamentablemente el dominicano ha creado una cultura del vago.

    solo critica pero no actua, espera que le resuelvan sus problemas no busca como resolverlos, siempre le hecha la culpa al gobierno y a todo el que puede.

    sin saber que realmente todo esta en su mente si todos aportaramos un poquito no tendriamos que esperar a que otro nos resuelva.

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