¿Todavía quedan Jamonas?

El mundo ha cambiado, dicen por ahí que la mujer que se encuentra sola lo está por que quiere, gracias a la piratería todas pueden lucir las ultimas modas, también gracias a la competencia mercadológica de productos, las mujeres, según su poder de adquisición pueden conseguir los perfumes, accesorios y artilugios que se adapten a sus necesidades, para así realzar su belleza y coquetería. Entonces ya con esta realidad, nos arriesgamos a preguntar: ¿todavía quedan jamonas? En países como España ser jamona es sinónimo de ser una mujer corpulenta que tiene digamos muchos jamones. En nuestro país el concepto es otro, la jamonería es esa etapa temporal o permanente en que una mujer no recibe el caso o interés de algún pretendiente. Quizás el concepto se haya dado debido a que muchas culturas consumen el jamón completamente solo, sin ningún tipo de acompañamiento.

No tenían suerte

Las mujeres jamonas llevan el estigma de la burla o la compasión, ser jamona en tiempos atrás era toda una presión social que en pocas situaciones tenía alguna salida favorable. La mujer jamona es aquella que en una determinada edad era considerada vieja para casarse y por lo tanto era confinada a labores domesticas como al cuidado de alguien. También el ser jamona era un peso que ninguna mujer quiso cargar nunca, vivir con la idea de no tener a algún interesado en su compra, quizás porque la exhibición y venta del producto era floja siempre representaba una calamidad para ellas, quienes padecían esta indeseada soltería. Las jamonas eran vistas por las demás suertudas como mujeres que no tuvieron la dicha de poseer unos añorados brazos donde acomodarse o alguna propuesta de noviazgo. Es bueno establecer que antes el concepto de jamona incluía todo, es decir eran mujeres que ni siquiera habían probado un besito en toda su existencia, ya imagínense el resto.

La que es jamona ahora es porque quiere

Volvamos a la actualidad, a la jungla de pintalabios, donde muchas mujeres incluso son las que tienen la iniciativa sobre muchos hombres. No hemos vuelto a saber si tenemos jamonas entre nosotros, para ser sincero en mi mente son toda una especie en peligro de extinción. Es posible que el concepto de jamona se haya quedado en una simple etapa temporal que desespera a la mujer por cierto, una etapa que va más allá de los 30 años, pero que en esta época tiene perfecta solución, solo hay que saber moverse y venderse. Por lo menos debemos celebrar que ya hoy hay más libertades y menos presiones sociales sobre en qué edad debe casarse o tener un novio. Se han flexibilizado innumerables barreras que antes imposibilitaban a un hombre poder hacerle caso a una mujer, y también hoy en día las mujeres tienen miles de opciones para arreglarse y lucir siempre bellas si lo que necesitan es una imagen más atractiva. Ojala y la jamonería total sea cosa del pasado, todos tenemos el mismo derecho de no estar solos y de no quedarnos como todo un jamón, grande y solo.