No lo he leído aún, pero celebro el éxito que ha tenido el lanzamiento de La maravillosa vida breve de Oscar Wao, la novela de Junot Díaz en versión aplatanada para el mercado local —así la está promoviendo Alfaguara—, así como su premio Pulitzer, por las siguientes razones:
![Junot](https://archivo.duarte101.net/wp-content/uploads/2008/08/d101prezjunot4.jpg)
- Nuestro país está muy necesitado de modelos a imitar en diferentes áreas, y cada vez que surge uno, es notoria su influencia. Ahí está Félix Sánchez, por ejemplo, que alcanzó la gloria en el atletismo y al momento muchos niños de los barrios estaban haciendo carreras. De nuestros peloteros ni hablar. Claro está, no sólo necesitamos modelos, sino también crear las condiciones para aprovechar el estímulo. Talleres de escritura y círculos de lectores serían un gran avance.
- La figura tradicional del escritor dominicano ha quedado un poco añeja, el anciano barbudo y amargado con lentes de pasta que vive en una biblioteca ya no vende ante las nuevas generaciones. Encontrar uno relativamente joven, alegre y «sociable» es muy refrescante.
- Esta tercera razón va muy de la mano con la primera, pero considero importante destacarla: Junot ha adquirido fama y algún dinero en un oficio que no tiene que ver con los deportes o la política. Una demostración de que hay mucho espacio más allá de esas dos áreas, muy trilladas en nuestra media isla, es muy alentador.
jaja