Ates de ayer estuve reunido con dos amigas, una es responsable de mercadeo de una ONG que distribuye el 70% de los condones que se distribuyen en la República Dominicana y la otra es psicóloga especialista en violencia de género. Lo primero que me corrigieron ambas fue que no se habla de prostitución, sino de sexo transaccional, y que tampoco se les llama prostitutas a estas mujeres, sino trabajadoras sexuales. Hablábamos de cómo una mujer llega a introducirse es ese mundo y lo difícil que es para ellas, una vez dentro, salirse.
Me sorprendió conocer casos como los de aquellas que son prostitutas por tradición familiar (la abuela lo fue, la madre lo fue y la nieta también lo es), otras que comenzaron teniendo apenas unos 11 años y la cantidad de trabajadoras sexuales VIH + que siguen ejerciendo la profesión, a veces hasta sin saberlo. Algo que regularmente no se comenta en estos casos es que el factor económico es una de las mayores barreras, pues una mujer que se gana en el trabajo sexual unos 3,000 pesos por noche (siendo esto lo único que sabe hacer) no lo abandonará con facilidad para irse a emplear en una casa de familia.
3 comentarios
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Justo lo ultimo que mencionas es lo que provoca que ese «renglon de empleo» aun funcione. Las mujeres que lo ejercen no tienen preparacion academica y en su defecto no tienen opciones a que dedicarse.
Es algo asi como los narcotraficantes, que al ver lo facil que consiguen dinero siguen en eso y no pueden ni saben como abandonarlo a riesgo de su propia vida y seguridad.
No solo eso. nadie se preocupa por saber que hay detras de esas mujeres. en muchos caso ellas son explotadas por personas inescrupulosas.
[…] que la mujer, y por que no, el hombre dominicano, tiene como principal fuente de trabajo el sexo transaccional. Bueno es ver el caso de Europa, donde toda dominicana que llega, en un principio es considerada […]