La semana pasado visité varias veces la Cinemateca Dominicana en el marco de la retrospectiva del director alemán Rainer Werner Fassbinder. En cada ocasión la ocupación de la sala fue menos de un 10%, unas cuantas butacas llenas y la amplia mayoría esperando que se les de uso. Casi todos los presentes eran caras conocidas, los habituales. Estando allí, pensé en cuales serían las razones por las que los dominicanos no le damos un mayor uso a un espacio como este, el cual, a diferencia de las demás instituciones públicas, tiene el mérito de mejorar con el tiempo: en organización, en instalaciones y en información (tienen hasta una página de internet bastante útil).
De entrada descarté el costo de la taquilla, pues los RD$20 pesos que cuesta me parecen más simbólicos que comerciales. Pero encontré otra razón un poco más posible: aunque el costo de la taquilla sea irrisorio, disfrutar de buen cine tiene otro costo, y es el costo de la cultura. El dominicano común no va a la Cinemateca porque las películas que allí se proyectan, aunque sean clásicos de la filmografía mundial, carecen de valor para él. Lo mismo pasaría si se regalaran las obras literarias de Feodor Dostoiesky en las bibliotecas públicas, generarían muy poco interés y conseguirían escasos lectores. Para disfrutar las artes primero hay que aprender a valorarlas.
Pienso que la solución para que más gente aproveche de un servicio público tan valioso como este sería organizar algunas jornadas de apreciación artística, una introducción al cine por sus géneros, por ejemplo. Así más gente visitaría la Cinemateca Dominicana y también la disfrutaría. Yo sería el primero en inscribirme.
No hay que decir que el manejo de la Cinemateca está politizado… que muchos artistas ni se acercan allí, porque saben con lo que van a lidiar: con artistas de su misma clase, pero envenenados con partidismos.
@Joan, no sabía que era tan fuerte el partidismo político en la Cinemateca.
No se si recuerdes el comment que deje cuando hablaste del inicio del ciclo de Fassbinder.
Yo [al igual que par de personas que conozco] dejé de ir a la cinemateca simplemente porque el cine que se presenta allí merece una calidad de proyección mejor.
Recuerdo hace dos años cuando fuí emocionado a ver La Dolce Vita de Fellini, una película Cinemascope, y cuando ví esa proyección tan horrorosa [por no llamarle de otra forma], toda fuera de foco y con la imagen estirada, me tuve que salir. Eso en cualquier Cinemateca del mundo es absolutamente inaceptable. Lo peor es que el público parece que ni se da cuenta o no le importa.
Como dije la vez pasada, el esfuerzo que hacen es loable, pero yo personlamente no comparto la mentalidad de muchos de que cualquier esfuerzo por ser esfuerzo es automáticamente bueno.
El problema de la proyección se soluciona muy fácil en los settings del DVD Player y del proyector, pero parece que no hay voluntad de hacerlo. Yo mismo me ofrecí y me rechazaron.
@Guido, te entiendo perfectamente y recuerdo aquel comentario tuyo. Es lamentable la situación, pues se está subutilizando un espacio muy valioso y que puede enriquecer culturalmente a muchos dominicanos. ¿Por qué vía te ofreciste a solucionar el problema?
Cuando me levanté de mi asiento y salí, le pregunté al tipo que recoge las taquillas en la puerta que quién era el encargado de la proyección y que si ellos no se daban cuenta de lo MAL que eso se estaba viendo y que yo les podía enseñar que se arreglaba fácil, y él, cual experto cinematográfico, me dijo que eso se veía «mejor que en el cine.»
Esto fue en julio del 2005 cuando hicieron un ciclo de Fellini en la «administración anterior.»
@Guido, justamente por eso te hice la pregunta. Aunque no conozco los administradores de la Cinemateca ni su receptividad, pienso que hablar con los empleados que recogen las taquillas no es el mejor canal. Ya sabemos el bajo nivel de involucramiento que tienen normalmente los empleados en este tipo de lugares.
Quizás enviar un mail o hacer lo posible por ver a alguien con mayor capacidad de acción sea más fructífero.