Foto: No es raro ver en cualquier calle, de cualquier sector, por más de alcurnia que sea, unos cuantas prenda de vestir soleándose. Esto he visto que tiene diferentes lecturas para diferentes personas. Unos dicen que eso le acuerda sus tiempos de niñez cuando los mandaban a tender la ropa al techo de la casa o al patio, otros dicen eso es un indicador de que en ese lugar vive «chusma» —a mí se me cayó un negocio por los pantalones de una vecina—, otros piensan en las limitantes económicas, lo difícil que es meter una ropa a la secadora con lo alta de la factura eléctrica y si es de gas la secadora el precio del gas no ayuda. Lo que nunca va a cambiar es el rico olor y el calientito de recoger la ropa que se seco al sol, ¡Uff! que recuerdo más grato.