Terremoto no vengas no estamos preparados

Moviéndonos a todos hacia el pánico, la noche del domingo se sintió un movimiento de 4.9 grados, donde Puerto Plata y Santiago recibieron la mayor sacudida. De inmediato las conocidas escenas de escándalo y asombro colmaron los alrededores y las afueras de las ciudades, gente salió de sus viviendas hacia las calles recordándonos la paranoia de eventos anteriores y el trágico 12 de enero. Conocemos muy bien que los sismos no avisan como los huracanes, también sabemos que es muy poco lo que se puede hacer para evitarlos. Pero en un mundo tan activo, un año 2010 que no le ha dado tregua a la tranquilidad tectónica, donde en menos de dos meses 2 importantes terremotos (Puerto Príncipe y Chile) han traído desgracia y tragedia a la humanidad, y conociendo el grave riesgo telúrico que atraviesa debajo de nuestro país, las autoridades dominicanas no han demostrado el mínimo interés de prepararnos a la desgracia que nos acecha.

Necesitamos conocer más

El mundo nos está advirtiendo, los sismos que hemos sentido nos están diciendo lo que puede venir, y no vemos a ningún funcionario o iniciativa del gobierno para concienciar a la nación ante eventuales catástrofes. No vemos a nadie preocupándose por este país, por revisar nuestras edificaciones, por educarnos a todos. Haití fue un preaviso de las cosas que pueden suceder aquí, nosotros no sabemos un diantres de terremotos o sismos y quienes nos pueden dar luz, están haciendo otra cosa. Hoy más que nunca los dominicanos necesitamos que hacer en caso de un movimiento de tierra, necesitamos conocer de sismos la misma manera que ya sabemos cuando una tormenta se convierte en huracán. Estamos al borde de un problema muy serio, y al parecer todos los que nos gobiernan están pensando en elecciones, que pena que los sismos hayan venido en un año electoral.

Nadie lo está pensando cómo se debe

Nadie piensa en las perdidas humanas y en el desastre que nos estaríamos ahorrando si junto a expertos internacionales realizamos un real trabajo de capacitación sismológica y renovación de las normas para la seguridad en edificaciones del país. Todos pensamos que nuestra isla está bendecida por Dios y que cosas como las de Chile no pasarán, algo que puede estar más cerca de lo que imaginamos. Mucha gente se está durmiendo ante esta amenaza que tenemos debajo de nuestros pies, que ha acumulado la energía suficiente para que una noche o una tarde cualquiera nos agarre desprevenidos como a los haitianos. La tierra nos ha hablado, nos ha advertido, no aprendamos a partir del problema, trabajemos para prepararnos antes de que suceda el problema, de lo contrario, todas las esperanzas de progreso, sostenibilidad económica, vivienda y vida que ha tomado años en materializarse, puede convertirse en polvo y escombros en tan solo minutos. El gobierno debe crear desde ya una cumbre que abarque estos temas con los diferentes sectores de la sociedad.