Odiamos hacer filas

Grrr! Las filas, esas largas colas de gente que nos pone a agotar nuestra paciencia y espera, las odiamos, no queremos saber de ellas, podría decirse que los dominicanos somos unos Fila fóbicos, individuos que no nos formamos detrás de alguien, al menos que la necesidad lo amerite. Antes y mucho antes de que existieran en nuestro país los aparatitos que organizan por turno a la gente, mucho antes de que se instalaran los tubos y las cintas esas que marcan la ubicación de las filas en los bancos, mucho antes de todo eso, ¡éramos felices! Nos encantaba vivir en este país casi anárquico y desorganizado. Aprovechábamos todo lo que nuestras influencias de poder podían hacer para no hacer la cola, aprovechábamos todo lo que el dinero y los buscones nos podían ahorrar. Definitivamente asegurábamos que no habíamos nacido para mantenernos de pie en línea detrás de otra persona a esperar y esperar hasta que nos atiendan.

No está en nuestro ADN

Entonces ¿de dónde viene eso? ¿Porque no nos gusta hacer filas? ¿Cuál es la desgana y pereza que nos provocan? El caso es largo, igual que una cola en un día de pago, la realidad es que a partir de los conocimientos generales de historia y de cultura dominicana, nos hace llegar a la conclusión de que nos encanta que nos hagan las cosas, o simplemente odiamos coger mucha lucha haciendo algo. Somos cómodos, dormimos siesta, amamos los días feriados, ¿y no íbamos a odiar las filas? ¡Por favor! Las filas llenas de gente a mi particularmente me ponen nervioso, decenas de personas con diferentes propósitos, diferentes inquietudes, todas queriendo durar todo el tiempo del mundo en la solución de sus problemas. Las filas son un lío, nos hacen doler las piernas, a las mujeres les da varices, a todos nos hace padecer horribles calambres, y eso no es lo peor: Las filas nos obliga a estar como estatuas, algo que no está configurado en nuestro inquieto ADN.

!Yo estaba en ese lugar! ¡Salí a comprar un jugo!

Hemos hecho todo lo necesario para evitarlas, nos aprovechamos de la inocencia de mucha gente y al menor descuido le quitamos su lugar. Nos inventamos alguna dolencia y exigimos preferencia, el colmo es que hasta buscamos una silla para esperar sentados por nuestro turno entre los parados. Negociamos con los guachimanes para que nos ayuden a llegar, llevamos a alguien para que vaya haciéndonos tiempo, mientras esperamos plácidamente en otro lugar. ¡Odiamos y odiamos las filas! No queremos saber de ellas en los bancos, en las estafetas de pago de la luz y el agua, mucho menos en los supermercados y farmacias, y ni hablar de las instancias del estado. Hemos tenido que adaptarnos de mala manera a esta eficiente organización. Es tanto nuestro rechazo a una simple fila, que las historias que más nos sorprenden de quienes viajan, es cuando nos dicen «alla afuera para todo hay que hacer fila»

Tome su ticket y espere

Digamos que ya hoy en día hemos sentado cabeza un poco, prácticamente todos los servicios y establecimientos se han organizado para que inevitablemente tengamos que hacer una bendita fila. Esto de alguna manera nos ha educado casi obligatoriamente, aunque toda una generación más paciente y más comprensiva ha tomado su ticket para esperar su justo turno. De ahí a que el servicio sea malo y nos agote el tiempo, de ahí también a que sigan apareciendo algunos recalcitrantes escurridizos que se les ingenian para no aguantar el trote no quiere decir que las cosas son como antes, es otra cosa, cuando simplemente nos hacíamos los graciosos y no nos ordenábamos como se debía. La clave de los países desarrollados es la determinación y la organización, situación que ya se está sintiendo bastante en nuestra isla dándonos la oportunidad de ser ciudadanos más disciplinados. Hagamos las filas, aunque no nos gusten, ya no vivimos en la selva de antes, ahora por lo menos nos dan un numero y un lugar para obtener nuestras cosas. Si usted es como yo y cuando ve gente en cola le consume un sentimiento de pique y quille inmediato, existe una gran solución para ese caso: Hermano ¡llegue temprano y ya! Problema resuelto.