Mujer

En la imagen: Mujer pescadora ©ENS

Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer, que bien cuenta la historia fue propuesto por la dirigente alemana Clara Zetkin, en 1911, en procura de los derechos de la mujer a los mismos puestos de trabajo, sueldos y puestos políticos que los hombres difrutaban. Es un día que considero tan especial como el Día de las Madres, así que no encontré mejor homenaje a su entrega, esfuerzo y amor a los suyos que las palabras. A ti mujer, un pequeño reconocimiento de un humilde servidor, con un poema en tu honor:

Te levantas muy temprano en la mañana,
antes que el sol nos entregue su primera sonrisa,
te levantas con el esfuerzo del buey, pero con
el renovado ánimo del día,
miras al horizonte, quizás no veas nada,
quizás veas el resultado de una extensa familia,
miras y te pierdes en tu mirada, con el sol besando
tus labios, esperando respuestas de los problemas
que se avecinan,
inicias tus labores cotidianas, labores que con los
años han endurecido tu tez, blanqueado tus cabellos
y cerrado tu sonrisa.

Te levantas muy temprano en la mañana,
el reloj no se detiene y la oficina no espera,
primero los niños al colegio, la camisa o
el traje del esposo y los mensajes a la suegra,
por fin aroma del café expreso, las tostadas
de los chicos y los minutos a cuestas,
apresuras el momento y suena el celular,
es tu jefe quien llama preguntando qué esperas,
la tibia mañana se vuelve gélida, pero
tienes familia que de ti mucho esperan.

Eres madre, mujer, abuela,
eres responsable de unos cuantos o de
toda una empresa,
eres quien que nos reconforta con un
abrazo y nos recuerda lo hermoso del día,
nos cantas dulces canciones, nos hablas
del mañana y de cosas sencillas,
nos inculcas trabajo, esfuerzo,
amor por la familia,
nos inculcas tus deseos, a veces perdidos
por los años o en alguna esquina,
eres tú, a ti mi amor, mi trabajo, mi esfuerzo
por hechar adelante, por no malgastar mi vida,
por devolverte todo tu esfuerzo,
especialmente por ser tu día.