Hoy ha sido el día del destape, donde políticos que creíamos de avanzada reivindican su derecho a nivelar hacia abajo (mediocridad) en vez de hacia arriba (excelencia) utilizando como excusa un ingenioso doblepensar. Primero lo hizo Domínguez Brito y luego Max Puig. Este último se paró en junio pasado de forma estoica en una interpelación ante el Senado de la República a defender sus ideas ―protección de los recursos naturales― en un acalorado enfrentamiento con funcionarios y senadores del gobierno, pero en vez de recibir el espaldarazo del presidente, recibió la espalda, en forma de destitución.
De todos modos, anuncia que aunque impere la corrupción en el país ―en el gobierno de Fernández― mantendrá desde su partido (APD) la alianza con el PLD. Es como decir: rechazo el barco de la corrupción, pero al mismo tiempo, me alisto como marinero para recoger algunos peces.
Fuente: Periódico Hoy.