Aquél ciudadano en Dominicana que consume bienes o servicios, se encuentra desprotegido ante la pobre orientación que éstos pueden recibir de reclamaciones de bienes publicitados con falsas promesas. Manuel Betances, en su blog personal comenta el caso de cómo las tarjetas de llamadas de las telefónicas pueden ser un robo «a mano armada» a quienes la consumen.
Por ejemplo, bien es sabido que las tarjetas de llamadas para celulares o uso de teléfonos residenciales, vienen con su precio estimado marcado en la misma tarjeta. Y esto es un caso tan simple y particular, que no hay por qué filosofar al respecto. 50, 60, 100, 150, 200 y hasta 300 pesos, son las tarifas de cada tarjetita de estas, que podemos comprar en un colmado o debajo de un semáforo. ¡Pero no! Sorpresa ingrata es tener que pagar 5 o 10 pesos de más.
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