Leonel vio Avatar

Nos enteramos que nuestro presidente, tan actualizado, tan aventajado y tan moderno todavía no había tenido tiempo para ver la sensación cinematográfica de James Cameron Avatar. Fue el Domingo, en la noche, una proyección privada en la que no estuvo con ninguno de los miembros de su familia, quizás porque ya Margó la había visto, quizás porque su hija y su hijo no le gustan ir al cine con guardaespaldas por lo incomodo que debe ser compartir la cocaleca, quien sabe. Lo real fue que Leonel Fernández, después de haber tenido un fin de semana activo, donde rindió cuentas de su gobierno ante el congreso, donde presenció el tradicional desfile militar y mas actos protocolares patrióticos, tomó el domingo , su día de descanso, para ver a Zoe Saldaña y el mundo de especies azules del planeta Naavi. Quizás vio nuestro presidente que en la película en ningún momento se va la luz, ni en la nave espacial, ni en el planeta… tampoco vio que los malos se salían con la suya y se desaparecían para nunca encontrarse, tampoco vio nuestro presidente en Avatar un grupo de lambiscones y aprovechadores queriendo hacer negocios con el poder que obtienen y mucho menos escuchó decir de boca del protagonista que cobraba gracias a una botella del gobierno. Tampoco vio que esas criaturas azules tenían partidos políticos y que se estaban candidateando para controlar el árbol grandote que derrumban en la historia

Excúseme de nuevo, un Hot Dog por favor

Lo cierto es que Avatar es una fantasía, una película con una trama sencilla y con grandes efectos especiales. Para muchos el discurso del pasado sábado no le llevaba mucha ventaja a la historia de Cameron. Muchos vieron en su oratoria, una película fantástica, con un guión bien escrito y muy bien actuado. Muchos vieron números, cifras y promesas de otros mundos, de otros planetas, muchos también vieron y escucharon un RD distinto, un mundo diferente una isla irreal. El discurso, cargado de también muchos efectos, quizás no fue tan exitoso y tan taquillero como Avatar, aunque muchos aseguran que a pesar de esto merece un Oscar. Lo cierto es que nuestro presidente fue al cine, al Malecón Center, quizás se sentó en una silla, en una sala solita para él y su veintena de colaboradores. ¿Cómo habrá sido para las palomitas? No me lo imagino. Leonel quizás pidió una grande y con refresco para poder bajarlas ―un nacho ¿Y por qué no compañero?― dijo un colaborador tumba polvista por ahí, ―yo quiero un Hot Dog― avisó otros de sus asistentes. ―¡Cuidado con el cachú Sr Presidente!― Dijo uno, ―¡Recuerde que comer es primero!― quizás un colega del partido

Realidad fantástica

Nuestro mandatario disfrutó la proyección de una fantasía frente a la pantalla del cine. Muchos políticos también proyectan fantasías y pantallas, aunque lo hacen en un mitin, siempre es con la misma intención que tiene un cine, Ganar audiencia. En el caso de nuestro presidente quizás hubiera preferido ver a las especies de color morado, es posible también que se hubiese imaginado resolviendo de mediador entre el conflicto humanos Naavi el cual es la trama de la historia. Lo real es que inevitablemente, sufrió la misma sensación que sufrimos todos cuando salimos de la película: volvemos a la realidad. Nos da muy duro el recordar apagones, inseguridad en las calles, corrupción, abuso de poder y demás complicaciones dramáticas. No se si la misma apreciación de la realidad que tienen muchos dominicanos sea la misma que tenga nuestro presidente, quizás la fantasía supere a lo real, quien sabe. Lo que es importante es que como cualquier mortal el también tiene derecho a ver una película en el cine, además da un buen ejemplo ya que no fue un DVD que compró en la calle. Para finalizar, Avatar es la historia de unas especies extraterrestres de cultura indígena que lucha contra las imposiciones y contra lo que considere este mal para su creencia y convicción. Nos parecemos a ellos, ya que para muchos políticos seguimos siendo indígenas en tapa rabos, con la diferencia que no hacemos nada para defenderlo o mejorarlo. ¡Esa es nuestra realidad fantástica!