La menta de guardia

Un guardia es un individuo vestido de verde que ha recibido una educación y entrenamiento militar para proteger y defender nuestra soberanía, ser chofer de muchas queridas, estar de guachimán en villas y desfilar cada año en el malecón junto a los armamentos fósiles que poseemos. En dominicana se le llama menta al caramelo duro de infinitos sabores, muchos de ellos con propiedades de frescura, que perfuman nuestra boca. La menta es de pequeño tamaño, pero grande al endulzar nuestro paladar y muy eficaz para darle un refresh a nuestro aliento. La menta de guardia es quizás el caramelo duro más distintivo de los dominicanos. Mucho antes de las mentas súper frescas y agresivamente frescas que hoy existen en el mercado, ya la menta de guardia rompía la resequedad de cualquier garganta.

La menta más querida

De color verde intenso, con su envoltura transparente, esta menta vino a proteger el aliento de los dominicanos por un precio exageradamente barato. Yo viví la época en que por 1 peso te daban 4, pero sé de gente que por eso mismo llegaron casi a comprar grandes paquetes. La menta espíritu, como también es conocida, ha sido escogida por los curanderos para sanar la gripe junto a un poco de agua hervida. Esa misma menta ha sido una embajadora de nuestra cultura, ya que los dominicanos ausentes se han encariñado con ella aún más que cuando residían en nuestro país. La llamada menta de guardia o menta verde, era la reina de los paleteros, siempre la veías con su lindo color natural llamando la atención por su intensidad. Es un caramelo de sabor fuerte, pero no escandaloso, dulce y refrescante. La odiaba de pequeño, recuerdo que en los cumpleaños rellenaban las funditas, con ella, al parecer las mentas de frutas se agotaban rapidísimo. La menta de guardia fue, para muchos el salvavidas perfecto para neutralizar el aliento, cuando se ingerían alimentos con sabor a ajo, fritura y claro para engañar los sabores a cerveza y licor.

La devuelta en menta

Hoy en día todavía la encuentras en algunos mercados y colmados. Quizás no ha desaparecido porque ha sido protagonista y cómplice de momentos dulces dejando atrás los amargos, refrescando también las incomodidades y compartiendo nuestras bondades. La menta de guardia ha sido una guardiana de nuestro aliento y ha defendido con espíritu los intereses de nuestra boca. Por eso cuando en el supermercado te devuelvan el cambio con esas mentas verdes, no te quejes y comete una, sentirás de inmediato como su frescura te cambiará la amargura.