La ciudad nos endurece

¿Cuántos de ustedes no cortan a otros en la gasolinera para robarle el turno? ¿Cuantos de nosotros le decimos a alguien con tremendo imperativo “¡Mira! Envíame todas las fotos que me tomaste”? Y después que alguien nos hizo un favor inmerecido le obligamos a hacernos otro. Es como si pensáramos que exigir y ser duros nos da altura o nos hace merecedores de la admiración de los demás.

Durante la cobertura de un operativo medico en Bávaro que duro dos días, me encontré con diferentes situaciones, cada una despertando más y más mi humanidad. Con nuestras vidas de prisa, se nos olvidan los que de verdad importan; aquellos que no tiene esperanza, aquellos que solo Cristo llega a ser su esperanza y que esperanza, pues es la única verdadera.

mujerEn la imagen: Una de las tantas madres que fueron beneficiadas en un operativo médico en Bávaro. ©Tania Peguero

Esta es la historia de una de las hermosas madres que atendieron a este operativo medico. Quiero introducir a esta bella mujer. De contextura gruesa pero con un corazón ligero, fue alguien que me hizo sonreír y aunque su belleza externa no sea muy obvia, por dentro es una estrella. Después de ser atendida por los médicos y recibir sus medicamentos, me dijo: —«Tómame una foto» y le dije: «está bien». Ella tomo su posición y me dijo —«muéstramela»—. Cuando se la mostré se lleno de alegrías y llamo a sus amigas, después que todas la vieron solo le quedó decirme —«Guárdala».

mujerEn la imagen: Operativo Medico organizado por la Iglesia «Ciudad de Dios para las Naciones» Julio 3, 2009 – Bávaro. ©Tania Peguero

Para ella es un lujo tener una foto como esta y no solo eso, sino que en la humildad de su corazón no se atrevió a pedírmela. Pero tampoco vi tristeza en su corazón. Cuando se alejo de mí, lo hizo contenta y con su bebé en brazos. No sé cómo le caerá a muchos de ustedes este breve comentario, pero para mí ella es un ejemplo a seguir.

3 comentarios

Los comentarios están cerrados.