Hay una noticia que quizás no tendrá mucha incidencia en los medios pero que preocupa, porque retrasa la búsqueda de institucionalidad y transparencia dentro de las entidades estatales: el sociólogo Ramón Tejada Holguín renuncia de manera irrevocable a su puesto de la Comisión Nacional de Ética, considerando que este o cualquier otro gobierno del país, no va a dar rendición de cuentas —ni está—, además del ejemplo de transparencia a la ciudadanía.
Esto, sencillamente inquieta. Perder la esperanza por desconfiar del sistema es algo que viene dándose en los últimos meses y no ha sido él, la única persona disgustada por como se están realizando las cosas en el gobierno. Funcionarios que no quieren mostrar su rendición de cuentas, amantes de la corrupción y de la escasez de transparencia, parecen que no serán del todo eliminados. Entónces, ¿para qué existen las comisiones de ética, o de corrupción o el famoso Depreco (Deparamento de Prevención de la Corrupción)? Como decíamos en un principio, esta renuncia, preocupa.