Señores, fui a Ikea ayer. Elegí la mejor hora de todas para ir: las seis de la tarde. Inmediatamente llegué vi de lejos la enorme fila que había que hacer para entrar, casi me devuelvo, pero ya que estaba allí decidí ponerme en cola. Estando ya en fila, el personal de Ikea regalaba botellas de agua, además había payasitos haciendo chistes -un poco malos- y un mago haciendo malabares con pelotas y otros artefactos. El mago era extranjero y esperaba aplausos luego de cada demostración, el pobre, nadie aplaudía. Entre hacer coro con los payasos y aplaudir (por pena) al mago, el tiempo pasó rápido, y aunque duré alrededor de 20 minutos, sentí como si la fila hubiera avanzado bastante rápido.
Payasos
Sí, hay que admitirlo, los payasos de la fila hacían unos chistes tan malos que no me quedaba más remedio que reírme. Les doy un ejemplo: Un payaso decía sobre otro «Este ya no tiene grajo ni bajo a boca, pero tiene los dientes amarillos porque nunca se ha cepillado, es que los payasos somos así, nos bebemos to´ lo cuarto, por eso tenemos los dientes amarillos…», Ok. Luego de la larga fila, cuando por fin entramos a Ikea, otro payaso nos dio la bienvenida diciendo: «Bienvenidos al Aeropuerto Internacional de las Américas», y cosas por el estilo. De todas formas me entretuve bastante con estos payasitos. En cuanto al mago, sólo tenía un fan, un niño cuyas agudas carcajadas, gritos y aplausos para el mago se oían totalmente solitarios. Aunque no comparto la teoría, hay artistas que piensan por una sola persona que aplauda, valió la pena el esfuerzo.
Laberinto
Ya adentro me llamó la atención un letrero que decía: «Creamos primero en la etiqueta del precio y luego el artículo». Ellos deciden primero cuánto costará el producto, luego lo diseñan en base a este precio. Aquí se demuestra que uno de los objetivos principales de Ikea es crear muebles a precios bajos, sin sacrificar la calidad. No me dio tiempo de recorrer toda la tienda, es bastante grande. Es como un laberinto con flechas en el piso que nos guiaban, pero a veces las flechas como que no daban resultado, vi mucha gente -incluyéndome- dar vueltas para caer en el mismo lugar preguntándose ¿Y esto yo no lo vi ya?, otros volviéndose locos por no encontrar la salida. Sin embargo el servicio al cliente fue excelente, en cada esquina encontraba personal de Ikea dispuesto a responder mis preguntas y guiarme en el laberinto.
Comida
El precio de la comida es muy asequible, imagínense, con 50 pesos pueden comprar un refresco y un hog dog, y el refresco es sin límite de cantidad, pueden servirse cuantas veces quieran, así también el café. Los demás platos oscilan entre 100 y 200 pesos. Recuerdo también que venden helado a 35 pesos y el combo de niños (5 albóndigas, papas fritas, refresco y yogourt) por sólo 100 pesos. No les puedo decir que tan buena es la comida, pues no la probé. Por otra parte, la gente estaba muy emocionada con los muebles, vi a muchos saliendo con cuatro y cinco fundas en su primera visita. Los suecos fueron muy sabios al elegirnos como primer país en Latinoamérica. En fin, aunque cada estilo tiene su público, definitivamente la competencia está fuerte para las demás tiendas de muebles y artículos del hogar, cosa que me alegra. Estoy feliz con Ikea en mi país.
I-ke-a-mi-me-importa
La competencia siempre es buena.
Para los que no fueron a Ikea ―http://cot.ag/cTVDPr ^LU
RT @duarte101: Para los que no fueron a Ikea ―http://cot.ag/cTVDPr ^LU
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hmm Laura, muy bueno tu rewiew de IKEA, una pequeña correción: los helados son a $25, y son más grandes que en cualquier otra heladería!