
A pesar de la «crisis global que nos azota» —lease al estilo de un discurso político— es sabido que los dominicanos nos la buscamos como sea. Y el ejemplo más destacado aquí que lo hemos expresado en ocasiones es con un puesto de ventas de cualquier cosa en plena calle. En el caso de la comida o el almuerzo, se ve en cualquier esquina que rondas, sea en la capital o en el resto de las ciudades del país. Una forma de «publicitar» estos lugares de comida rápida improvisados es con un letrero hecho y pintado a mano. Sin mucha ciencia, lo colocan en un poste de luz a la vista de cualquier interesado y el que pase con la barriga vacía, ¡a comer se ha dicho!