En República dominicana los pobres quieren ver más allá
Voy caminando por uno de los tantos callejones del sector de Cristo Rey en pleno atardecer y como de costumbre miro al cielo y veo la noche cerniéndose sobre lo poco que queda del día. Sé que a nadie le importa saber que iba a comprar y comer un sándwich y un jugo de limón ―curiosamente estos sándwiches tienen un sabor tan adictivo y esto me hace entrar en sospecha… ¿Qué será lo que le ponen?― Como de costumbre el entorno era como bien ustedes podrían imaginar en un sector de clase media baja, baja y ¡muy baja! Toda una decadencia arquitectónica capaz de invadirte y lograr cambiar tu estado de ánimo, para mi sorpresa me encuentro con una parábola sobre el techo de una de estas tantas casas, vivir en un callejón no es pretexto para darte ciertos lujos. Y es que el pobre no se hace notar por su pobreza sino por su grado de ostentación.
¿Y tú qué tienes en casa?
En un tour por un barrio cualquiera, te vas a encontrar con artefactos electrónicos súper caros en manos de gente cuyo nivel económico no puede justificarlo, no obstante esto no es lavado de dinero más bien es fruto de un sacrificio por parte del propietario de estos bienes. Un sacrificio que a decir verdad es de toda su familia si éste o ésta es casado (a) pues el desvío de fondos para el serrucho representa decenas de compotas menos, una lata de leche más pequeña y claro menos idas al cine en familia junto a sus correspondientes faltantes helados. Yo conozco un amigo que vive en una casucha lóbrega, mantiene tres niños pero si logras entrar a su habitación personal te encontrarás con otra realidad: internet de última, monitor plasma de 50 y tantas pulgadas y claro un confortable aire acondicionado.
Rompiendo ojos
Tanta ostentación le sirve al pobre de mente para recrear en su psique un estatus de acomodado que en nada se corresponde con sus raíces de precariedades las cuales en muchos casos siguen vigente junto a su mar de pobreza. Así el individuo en cuestión se siente más cerca del rico al tiempo que se aleja de los panas del barrio que no tienen tales bienes. Otro factor es el de la competencia entre vecinos para ver quien acumula más y más aparatos que en términos funcionales no sirven para nada más que echar vainas. De hecho la práctica de echar vainas tan común en el dominicano, en especial el que nada o poco tiene se ha convertido en un factor psicológico colectivo que mueve la economía. Una parábola en medio de tanta pobreza nos hace ver que el dominicano se ha insertado plenamente en el engranaje del consumismo más rampante.
En los callejones se habla en parabolas, siembre hay señal!! http://cot.ag/amCvfw ^AM
En un tour por un barrio cualquiera, te vas a encontrar con artefactos electrónicos súper caros http://cot.ag/amCvfw ^AM
Lavado de Dinero: En los callejones hay señal: Foto: una parábola en medio de tantas casuchas, ¿t esperas ver esto… http://bit.ly/c59Pt0
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no es nada de ostentacion, no lo vean por ese lado, fijense que con una inversion barata de 16 – 20mil pesos no tienes que volver a pagar Cable…y te incluye muchisimos canales gratis FTA…de mejor calidad y sonido digital,…