En los barrios la brujería esta a la orden del día

Brujeria en los barriosFoto: Huesos humanos encontrados en el politécnico Los Ángeles en el sector Cristo Rey.

Un reportero no descansa en paz

2 y media de la tarde, echado en cama descansando antes de volver a salir en busca de buenas y malas nuevas , suena mi celular y reconozco la voz del otra lado, es el fotógrafo José Luís Rodríguez quien me dice que pase por su foto estudio pues tiene algo para mí. Cuando uno comienza a seguir las noticias y a hacer hábito de ello, llega un punto en el cual son las noticias las que te persiguen, una vez en el estudio y tras ver las fotos le pregunte ¿dónde rayos había aparecido eso? Oh Dios cuál sería mi sorpresa al escuchar que esos huesos humanos, esas osamentas habían aparecido en el politécnico Los Ángeles dirigido por un grupo de inmaculadas monjitas. Dicho centro suele estar en la boca de las malas lenguas pues son muchos los que creen que allí dentro algunos estudiantes son dados a ciertas prácticas sexuales capaces de ruborizar al Marqués de Sade resucitado, pero monjitas practicando rituales de vudú o magia negra, ¡Dios mío noooooo¡¡¡!!!

Con todo incluido

Las osamentas aparecieron en un basurero que está justo al lado de una de las paredes que da hacía fuera del politécnico, un indigente en busca de comida nada amante de los huesos, bueno por lo menos no de humanos, fue quien accidentalmente hizo el hallazgo de dos calaveras y otros huesos visiblemente de anatomía humana, junto a los mismos habían pequeños recuadros de santos y agujas, o sea todos los elementos necesarios para un ritual de magia negra o algún tipo de acto de brujería por el estilo. Siempre que veo restos humanos no puedo evitar pensar en la persona que una vez doto de vida y movimiento tal esqueleto y si ella hubiese consentido dársele ese tipo de uso a sus restos, claro que la respuesta nos parece un no obvio, pero pensemos por un momento: ¿qué tal si en vida esa persona fue amante de las supercherías y la necromancia? Sencillamente no sabemos, ahora bien una posibilidad lo es.

Jesucristo indignado

Estos restos aparecieron en un barrio, el sector de Cristo rey, al lado de un centro educativo dirigido por monjas. Claro yo no salgo de mi asombro al imaginar una monjita en medio de un ritual de tal índole pero mejor haríamos en pensar que otra persona deposito tales restos allí y el punto a analizar en esto es que dicho barrio es dentro de los barrios populares el que quizás más concentración de jóvenes actualizados concentra, aquí es común encontrarte con cientos de universitarios con sus modernos dispositivos de reproducción de música, Laptops en fin, gente insertada dentro de lo que cabe en la postmodernidad. Este hallazgo hace evidente que ciertas costumbres y creencias aún hacen mella en la mentalidad de un público al cuál no podemos descartar como gente también insertada en tendencias de actualidad, ahora bien algo es seguro: creen en sus muertos, en la maldad a los demás usando como médium restos humanos, etc.

Videntes consultando astros vía internet

O sea que en el mismo espacio que un joven cualquiera disfruta viendo un video en Youtube, hay una vieja haciendo acrobacias con el humo brotado de su cachimbo mientras a su cuerpo le invade el fervor incandescente de Ana Isa o Chango. Sé que en muchos barrios aun quedan lectoras de cartas y tazas pero francamente uno siente que tales individuos van desapareciendo del mercado dando cabida a otro bicho de pronósticos no menos mentiroso: el economista de la tv, lol. Pero la pregunta del millón es ¿qué llevo al dueño de estas osamentas a deshacerse de ellas? ¿A caso el negocio entro quiebra? ¿O sea que a fin de cuentas cada vez son menos los que creen? ¿O sencillamente consiguió una nueva osamenta? ¿Quería a caso echarle una vaina a las monjitas? ¿Se convirtió al evangelio? ¿Tuvo problemas con un espíritu? ¿Le salió Trujillo en uno de esos trances? Son todas las posibilidades sin embargo no podemos construir una hipótesis solida, mientras tanto el hecho de que estas osamentas anden por ahí nos lleva a pensar que en los barrios la brujería coexiste sin problemas con nuestros modernos hábitos de consumo.

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