El sistema frontal se va, pero el friito sigue

El rico friito de este fin de semana que nos hizo desempolvar los abrigos y los sueters largos, continuara por unos días más, así lo anuncio la oficina nacional de meteorología. Estas bajas temperaturas han obligado a todos a acurrucarse y añoñarse con las intensas brisas y una que otra lluvia de poca intensidad. El dulce culpable de todas esas noches con más de una colcha, el culpable de estos días motivadores a un buen sancocho y el culpable de una millonada de posts en Facebook y en Twitter por parte de los dominicanos sobre este rico friito es un sistema frontal que decidió refrescarnos los días de intensos calores que estábamos viviendo. Antes de este friito, el calor parecía que nos derretía como vela en pleno apagón, aparte de los incómodos sudores y esa sensación ansiosa que hasta en las noches, en plena Uni nos sofocaba.

¡Ojala y se quede así!

E escuchado a mucha gente decir, ciertamente al parecer Dios y sus ángeles dejaron el aire encendido y se han ido de vacaciones o algo así ya que este friito ha durado unos buenos días. Gracias a este inesperado frio, mucha gente ha echado vainas con esas ropas que nunca pensaron usar y que sus tíos o tías le habían mandado de los países. También vemos como rápidamente nuestro instinto de vivir en el norte se refleja, al encaquetarnos esas atípicas bufandas, que irónicamente en este país tropical han tomado mucho auge. Calentamiento global, que es eso, muchos incluso han dudado lo que al parecer es inevitable; el deshielo polar, los cambios fuertes a temperaturas cálidas y lo que cada vez más potentes rayos solares que interceptan cualquier lugar terrestre. Muchos incluso dicen estar viviendo el verdadero diciembre, ya que a finales del año pasado sufrimos de intensos calores contrastando épocas navideñas anteriores.

Lamentablemente esta no es nuestra realidad

Los abrigos se volverán a guardar muy pronto y los sudores volverán. Nuestra naturaleza es de ser verano todo el año, y aunque a veces esta cruda realidad no nos guste es necesaria para seguir viviendo del turismo. Nuestro país es inagotable, no, enfriable, al menos que sea en Jarabacoa. Lo mejor será entonces que volvamos acostumbrarnos a andar con esa toallita de secarnos, o con ese galoncito de agua mientras andamos por los calores cotidianos de nuestra ciudad. Pero antes de que vuelvan esas acaloradas golondrinas, sigamos echando vainitas con esos lindos abriguitos que nos hacen parecer americanos, y por un leve momento vivamos la ilusión de que en nuestro país puede un día caer aunque sea un chin de nieve del norte.