El padrino y la madrina

PadrinosNuestra cultura, como muchas otras, tiene la figura representativa de alguien que está llamado a guiarnos o avalar determinadas situaciones de la vida: los padrinos. Son aquellas personas elegidas por nosotros mismos que ocupan un lugar importante en nuestra vida para apoyarnos o darnos la mano en nuestro desarrollo. Boda, bautismo, primera comunión y graduación son distintas celebraciones o pasos en los que necesitamos del reconocimiento y validación de personas o entidades a las cuales les tenemos profunda confianza y admiración. Particularmente, me mueve mucho la atención al concepto bautismal, es decir, aquellas personas que fueron elegidas por nuestros padres para que al igual que ellos, desempeñen un papel parecido de educarnos, apoyarnos y hasta mantenernos si es necesario. Esta es la razón primordial por la que hoy gozamos de dos ―cuasi substitutos― de mamá y papá.

Los segundos padres

Lo que sucede ahora es que ya no se eligen personas con esta valoración, mucho menos quienes ocupa ese importante «cargo» representan y rinden el compromiso como antes era estipulado. Mi papá me dijo claramente que antes, los padrinos eran segundos padres, personas que varias veces por semana pasaban a ver a la familia y sus ahijados y si en algo era necesario algún tipo de ayuda o aportación, ahí estaban ellos disponibles. En nuestro país, quizás en las zonas más tradicionales será muy común que por alguna lamentable circunstancia de falta de algún padre, el padrino se hacía completamente cargo de la situación llegando incluso a terminar de criar al muchacho. Ese era el motivo, esa era la gran razón por la que nuestros padres involucraban a personas cercanas a apadrinar a sus hijos, para asegurar que a falta de ellos, los muchachos nunca las faltara un hogar, comida y hasta patrocinio a sus estudios o trabajo.

Compadres por siempre

Mis padrinos eran vistos por mí como los regalos y juguetes que quería para navidad y cumpleaños, aunque no puedo quejarme de ellos ya que si se preocuparon por mi desarrollo. Ahora bien, ¿realmente se sigue cumpliendo esta linda y hasta necesaria tradición? Hoy solo veo que eligen padrinos de lujo para adornar la foto o para decir simplemente «soy compadre de fulano», «soy padrino de su hijo» Es posible que muchos que hoy son padrinos ni siquiera ven a sus ahijados, tal vez le envían un sobre con unos pesos y mas nada. Hemos quizás perdido la entrega y compromiso por el cual prácticamente juraban aquellas nobles personas que eran elegidas para representarnos en todo momento. Muchas familias lo que hacen es elegir el padrinazgo en los mismos miembros, dígase un tío y una tía quizás buscando mayor seguridad en la honra del cuidado y crianza del muchacho. Pero la esencia era también ampliar la familia agregando amigos cercanos y con el compromiso contraído convertirlos ya en parte del árbol genealógico.

Volvamos a darle el valor

Hoy vemos más la idea de un padrino como una persona que no acoge esa gran responsabilidad que es ayudar a desarrollar y encaminar a una persona, prepararlo para la vida y todo lo demás. Tanto de parte de los padres como de quienes reciben ese privilegio de apadrinar a un niño son culpables de la pérdida de valor hacia la figura numero 2 después del padre y la madre. La familia es el núcleo más importante de una sociedad y en ella debe mantenerse todo lo que promueva la unión, educación, y respeto hacia todo lo que es considerado noble y necesario para avanzar como persona. El hecho de que los padrinos hoy solo se busquen para cumplir con una celebración o evento, debe motivarnos a retomar lo que en el pasado era básico y necesario. Las madrinas no solo están para regalarnos cosas o dinero, también están llamados a tomar una participación en nuestras vidas tan cercana como la de nuestros padres. Por eso cuando te toque elegir los padrinos de tus hijos, toma en cuenta estas valoraciones, para que así volvamos a definir el verdadero rol de los vigilante y protectores de tus retoños.

5 comentarios

  1. Tío es cualquiera. Incluso sin pedirlo se es tío. La edad no es obstáculo. Un recién nacido puede ser tío de un mayor de edad.
    Pero ser padrino es un compromiso enorme y se hace por invitación o petición exclusiva.

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