
Derecho hasta donde le dicen Cirilo
Son las 6 de la mañana, toda una manada de almas errantes pululen con sus pasos sobre el asfalto, el ánimo laboral colectivo les lleva a cumplir con su faena diaria. Más o menos esa es la breve crónica de cientos de miles de dominicanos que con el forzado sudor en frente dan la cara por la economía nacional siendo su hábitat de trabajo una fábrica de conductas, manierismos y neologismos que mantienen nuestra dominicanidad más viva que nunca. Alegres van algunos, quizás los que a base de cervezas lograron levantarse a la morena de voluptuosidad insoportable al sosiego sensual del hombre, otros tristes o enojados con sus jefes, en fin que sea como sea todos estos estados de ánimo confluyen y se encuentran en el carro o guagua pública. Es el chofer el hombre responsable de llevarlos como caña para el ingenio.
Pura palabra y no más
Ahora bien si hablamos del término público como un asunto de un servicio dado por algún organismo estatal fruto de la inversión del cobro de nuestros impuestos, nos damos cuenta en el acto de que la semántica no está del lado de Juan hubieres. Pues bajo el verbigerante camuflaje conceptual en la práctica lo que tenemos es una organización privada usurpando las vías públicas para lucrarse y para hacer las cosas más agrias aun sin pagar un centavo de impuestos y recibiendo subsidios del gobierno. Como podemos ver rápidamente de público este sistema de servicio solo cuenta con el epíteto. Ahora si lo masivo llega ser tan sinónimo de público hasta el punto de extrapolarse al primer vocablo, solo así Juan hubieres y los demás líderes del sector quedarían bien parados, claro solo gracias a la retórica. Ni que hablar de la forma arbitraria en la que se aumentan los pasajes.
A las cosas se les llama por su nombre
¿Por qué traer dicho tópico? Pues porque es hora de desenmascarar esta patraña semántica. República dominicana no cuenta con un sistema de transporte público, tenemos empresas privadas que dan el servicio de transportar a la población y estas a su vez son tratadas con privilegios desde el gobierno. Así cualquiera quisiera meterse a sindicalista. Aquí lo que en verdad tenemos es un sistema privado de transporte de masas, no se me ocurre mejor terminología para referirme a ello. Fuera de esto es innegable el aporte del chofer de carro público a la riqueza de nuestra dominicanidad. Ahora bien ¡que caro nos ha salido! Son las 6 de la tarde, las empresas y fábricas brotan manadas de seres humanos de vuelta a sus casas, en el carro público las historias vienen y van, las malas así como las buenas lenguas hacen más llevadera la travesía, la dominicanidad empapa la urbe hasta que esta le transpira, ¡dejarme chofer!
Que bueno esta este articulo.
Deberían desaparecer…
El mito del transporte público ― http://cot.ag/cD3bO3 ^RF
Muy bueno este articulo, pero es algo que tiene sus buenas y sus malas (+) pero imaginate esperar de media a una hora una omsa cuando de estos perros tienes 10 al lado, a menons que no sea para sustituirlo por algo mucho mejor bueeeh. Lamentablemente no creo que esto desaparezca…pero buen post! XD