El delivery está en su punto más popular. Es el sostén del colmadero y hasta del restaurante más caro que usted conozca. Y es que recibir desde libros a cajas de cerveza tan sólo haciendo una llamada telefónica es toda una comodidad ya muy cotidiana. Sin duda, los dominicanos nos hemos acostumbrado al delivery. Así lo enuncia un artículo de este fin de semana en el Listín Diario.
Es una dedicatoria a este servicio, que desde años ha evolucionado rápidamente y ha llegado a todos los estratos. Uno de los personajes más sobresalientes de esto es «el chico delivery» quien pasa todas las vicisitudes del mundo para que la frase «en treinta minutos» se haga realidad y llegue a tus manos el pedido en buenas condiciones: como toda una aventura evita los tapones, el calor de la calle y conduce a la velocidad más alta que el motor le permita, y hasta realiza todo tipo de acrobacias.
El delivery, esencia criolla
Joan Guerrero es publicista, diseñador gráfico y analista de nuevos medios. En su blog personal habla de tópicos referentes al nuevo periodismo, sociedad y cultura, publicidad, blogs e internet.
Hay algo que vale la pena notar. El delivery anda como chivo sin ley, no respeta nada. Si no se actua rapido y se regula este medio, tendremos un caos insoportable en lo que estas personas querran hacer para llegar a tiempo a sus entregas.
@Juan José, en eso tienes gran razón. Lamentablemente los deliverys, por llevar en exceso sus labores -y que la mayoría de estos, les imponen un tiempo para llevar el producto pedido- andan muy alborotados y poco respetan las señales y el tráfico mismo.
Excelente punto.
El Delivery es la glorificación del vago dominicano! Cuando yo era mas pequeño me mandaban al colmado y este tiempo lo usaba para ver en que estaban mis amigos de la esquina, chequear a una que otra vecinita, enterarme de los por menores del barrio, etc. pero hoy en día cuando mi madre dice cómprame tal cosas mis hermanos menores toman el teléfono y marcan sin mayor esfuerzo!! Esto le garantiza a ellos mayor tiempo de TV y mucho menos ejercicios. Yo creo que mis hermanos pequeños ni siquiera conocen el barrio donde viven.
En cierto sentido los considero superheroes.
Imaginate el siguiente cuadro:
– 5 ordenes.
– De 2 botellones de agua
– Al ultimo edificio de la calle
– En la 5ta planta. Waaoooo!!!